Es difícil imaginarse con qué cara los congresistas de los partidos nacionales legislan (mal) sobre problemas locales (municipales y regionales) cuando sus esferas de poder y actuación están tan lejanas de esos centros de trabajo. ¿Cómo pueden saber lo que se cuece en unas provincias a las que simplemente no llegan? No es que lleguen mal, es que no están ahí. Nunca. Fj ha publicado, en Elecciones – De Igual a Igual, una interesante tabla que contiene todos los partidos que se han presentado a las alcaldías provinciales y cuáles son los que han ganado en las mismas.
En las elecciones, jugaron los diecisiete partidos nacionales (con sus nombres y apellidos) y, como indica Fj, solo 11 consiguieron ganar en al menos una provincia (de las 195, teniendo en cuenta que en Purús aún no había resultados*). Dentro de los seis que no consiguieron nada, brillan con luz propia dos: PPC y PNP. Así es, posiblemente uno de los dos partidos más viejos del Perú (PPC) fue incapaz, ya fuera de UN, de conseguir un solo alcalde provincial; y solo se presentaron en 34 provincias. El partido del gobierno, por su parte, hizo caso omiso a esta jornada electoral y, sin contar los pactos con o apoyos a movimientos locales, solo estuvo en la carrera en cuatro provincias.
Alianza Para el Progreso (ese engendro de movimiento, con ese líder y esa… bueno, ya lo conocen) es, por su lado, el movimiento nacional con más presencia en el Perú; no solo en las provincias (lo que ahora vemos) sino también en las regiones. Eso no le garantiza nada a nivel nacional (así de simpáticos somos los peruanos cuando votamos), pero sí muestran a ese partido (o, al menos, a esa marca electoral) como el que más presencia tiene, con 146 candidatos y 18 victorias**. Parece triste, pero así es, el partido con más alcaldías provinciales rozó el 75% de provincias en las que se presentó y consiguió, únicamente, el 9,2% de los sillones provinciales (así que tuvo una tasa de éxito del 12,3%). Ningún partido en Perú, por tanto, llega a la alcaldía del 10% de las provincias.
Los siguientes en la lista son los fujimoristas (a diferencia del resto de partidos, da pelea en todos los niveles de la administración) con 107 candidatos bajo esa K que significa Fuerza Popular (esa misma K que hace unos años tenía otro sentido), aunque finalmente solo consiguieron 4 alcaldías (3,7% de éxitos). El fujimorismo, que reclama tanto su presencia en el interior como el salvador del Perú, está lejos de ser visto así, al menos cuando juega contra los movimientos y partidos locales, que cuentan con sus propias redes clientelares. Acción Popular lo intenta, pero con bajos resultados, con su nombre y apellido se presentó en 102 provincias, consiguiendo 4 electos (3,9%).
El resto de partidos nacionales no consiguieron ni siquiera presentarse en un tercio de las provincias, contando al propio APRA, otra formación que siempre habla de su presencia en el interior del país, la cual, a nivel provincial, se resume en tres alcaldes y 54 candidatos.
Es cierto que la tabla no incorpora las alianzas electorales, pero resulta realmente difícil comprobar, uno a uno, los partidos para ver quién apoyó a quién en cada una de las provincias y, sobre todo, si se introdujeron correctamente los miembros de un partido nacional en ese movimiento o alianza local (algunos casos muy conocidos son la Alianza Hora Cero con Fuerza Popular -3 provincias bajo ese nombre- o Diálogo Vecinal, el vientre de alquiler de Susana Villarán en Lima, que contó con el apoyo, entre otros, de Perú Posible). En esos casos también sería bueno ver quién se subió al carro de quién y por qué motivos, si realmente es una alianza entre dos fuerzas de iguales o semejantes o es un «me junto contigo por si hay alguna posibilidad»; es difícil pensar que un partido nacional renuncie libremente a usar su emblema o nombre por un puñado de regidores si pudiera sacar más rédito electoral yendo solo. Claro que, visto lo visto, parece que mejor es colarse por la puerta de atrás que dar la cara.
Tenemos, además, un sistema resultadista, que perjudica a los partidos nacionales sin representación en el Congreso (piensen que la propia formación de la aún alcaldesa de Lima desapareció por este motivo), con lo que no hay incentivos a planificar a largo plazo, pero sí a «comprar espacios» en los partidos ya existentes, más cuando algunos de ellos se han montado casi específicamente para esa tarea y que, como marca electoral, están funcionando.
*Actualización: FJ me recuerda que en Purús los resultados fueron anulados, no es que aún no se den, es que no los habrá. Se tienen que repetir los comicios.
**Actualización: En Arequipa y en Ayacucho se presentaron con nombres «localizados», con lo que sumarían 18 candidatos más y otro sillón ganado.