Años con un diálogo de sordos. Pero muchos años. Y lo de diálogo es por llamarlo de alguna forma. La postura del gobierno español está clara: de acá no nos movemos; no quieren que se pregunte. El gobierno español es quien tiene la potestad de autorizar o no un referendo como el pretendido en Cataluña, siempre y cuando fuera no vinculante; así que no, el tema no es legal, es político. Y su postura política viene de su fuerte nacionalismo español (no es por «defensa de la Constitución» ni mandangas de ese estilo). Por el lado secesionista catalán (no digamos «soberanistas», eso lo son todos; solo fíjense en los españolistas, defienden justamente que el soberano es el pueblo español y por ello no se puede consultar solo en Cataluña y no quieren que se consulte en todo España), se está agrandando su propia fuerza a base de ver grandes números donde hay discretos resultados (contando su propio poder político). Ambos están dando la espalda a todos los que no le aplauden a rabiar.