Posiblemente el tema de las hipotecas, más allá de los dramas familiares que está ocasionando, sea el mejor ejemplo de: a) la movilización social sirve, sirve para crear conciencia de un problema ocultado de forma constante (tanto por víctimas como por medios) como para forzar soluciones; b) los oportunistas abundan en la política de los cínicos. Este problema de las hipotecas y las miles de familias que se van a la calle están siendo una constante desde hace bastante, los últimos dos años el número de ejecuciones hipotecarias se ha disparado, y pocos son los bancos y cajas que responden de forma social y solidaria, más aún, aprovechan un error suyo (la primera tasación de la vivienda) y una vulneración de la ley (dar más que el máximo legal por una hipoteca, se han dado no pocos casos del 100% o más, poniendo tasaciones a futuro) para ganar más, en tanto que con la entrega del bien (y valorado muy por debajo de cuando se dio el crédito, y estando el mercado como está, adjudicándoselo la entidad financiera por el 60% de un valor ya tirado y lejano al original) no cancela la deuda; como decía, pocas son las entidades que han accedido a renegociar los créditos o a crear alquileres sociales como solución al «te quito tu única vivienda y me sigues pagando» (así la familia sigue pagando, pero sigue viviendo en el bien, ya sin la propiedad futura).
Tanto el PSOE como el PP conocían el problema (y desde los tribunales, más de una vez, se veían soluciones creativas al mismo, luego sus superiores las tumbaban, ya se proponían alternativas desde varios ámbitos), lo conocían antes de las elecciones, y lo conocían para las elecciones, en el programa electoral del Partido Popular (PP), por ejemplo, ya se escribe que «desde que comenzó la crisis se han ejecutado más de 300.000 hipotecas» (p. 107) donde se promete literalmente: «Reformaremos la ley concursal para introducir mecanismos de liberación de los deudores tras la ejecución del patrimonio embargable en los procedimientos de insolvencia de las personas físicas, con las debidas garantías para evitar comportamientos abusivos» (p. 109, en similar sentido una propuesta en la p. 60), «(…) [e]n el caso de ejecuciones hipotecarias aceleraremos la introducción de subastas judiciales electrónicas que permitan ampliar el número potencial de licitadores y, en ausencia de éstos, elevaremos el porcentaje del valor de tasación por el cual la entidad financiera pueda adjudicarse el inmueble.» (p. 60), junto con propuestas como compensación del IVA cuando una persona es arrendador y arrendatario a la vez, limitación de la «cascada de impuestos» en compraventas de vivienda, la reducción del IVA para la compra de vivienda y, claro, la deducción en el IRPF.
Eso lo que decía el programa. Dentro de las prioridades del Partido Popular no estuvo el tema de la vivienda (sí el financiero, sí el laboral, sí…), salvo dos: La deducción en el IRPF por compra de vivienda y la compra con el IVA superreducido. Deducción que apareció y desapareció, IVA que se puso y se quitó, gracias a las contradicciones propias del gobierno. Así en el 2013 la vivienda pasará al reducido (que se ha endurecido con este gobierno y ahora es del 10%) y ya no desgravará en el IRPF. Cabe decir que esa reducción en el IRPF y ese IVA reducido no afectaba a todas esas personas que sufren las ejecuciones masivas de hipotecas que se ven todos los días en España.
¿Pero cuál ha sido la práctica? La práctica del PP y del PSOE, de forma constante, ha sido negar la profundidad del problema, decir que peor es la dación en pago para todos las hipotecas actuales, ha sido no actuar en el mercado de alquiler (todas esas propuestas del PP sobre alquileres sociales… inexistentes, en la práctica como mucho quinientas viviendas en Madrid, ¡500!, eso no cubre la media diaria de ejecuciones hipotecarias, o dos semanas de ejecuciones en la provincia de Madrid), o mejor, la actuación en el mercado del alquiler (porque sin haber vientos de cambio en la legislación concursal, como se prometía) sí existe (también se prometía, y en ese sentido, aunque lleno de eufemismos de flexibilidad y libertad) es de facilitar la patada en el trasero de los inquilinos, esto es, justamente el problema que tenemos ahora: gente que por temas económicos se quedan sin vivienda. En marzo el PP votó en contra a una propuesta de Izquierda Plural (IU y aliados) para la dación en pago y aprobó, en cambio, un más que inútil «código de buenas prácticas». Ese fue un momento ideal tanto para el PP como para el PSOE para hacer todo lo que hoy se apuran, ese Consejo de Ministros debió aprobar un proyecto de reforma de la legislación concursal (en el sentido del plan de gobierno del PP) o una dación limitada para los casos que ahora quieren incluir. ¿Por qué no lo hicieron?
Pero esa simplemente fue la última gota de un debate largo, muy largo, como nos recuerda Merche Negro en El Diario. Miren cómo ya en el 2007 la izquierda parlamentaria presentaba este tema y cómo era ninguneado por PP (que quería inflar la burbuja aun más, ya con la internacional explotando), PSOE (que negaba que fuera a ocurrir nada en España) y CiU (¡por favor! lo que hay que hacer es permitir a los bancos mayor libertad). Desde IU-ICV ya se proponía (PDF), en el 2007, modificar la LH para que exista la posibilidad «de acordar medidas que impidan la ejecución de viviendas hipotecadas cuando se trate de la única vivienda habitual y permanente de familias en situación de insolvencia transitoria. (…) [d]e que el titular o los titulares de la vivienda embargada puedan solicitar al juez que, en lugar de ordenar la subasta del bien, exija un acuerdo entre acreedor y deudor en aquellos supuestos en los que se acredite por este último que el impago obedece a causas de deterioro transitorio de la situación económica, es decir en caso de paro, de quiebra de un negocio o de otras causas similares».
El PSOE es tan culpable como el PP de la situación actual (bien lo dicen desde la Plataforma de Afectados por las Hipotecas), que ahora les entren las urgencias, a ambos, resulta realmente demagógico. Junto con los apuros de los dos partidos mayoritarios (en campaña electoral contra un enemigo mayor) la patronal de la banca ha descubierto el problema y ofrece parar los desahucios de familias sin recursos durante un tiempo. Es algo que siempre pudieron hacer (y que gracias a la movilización social en varios casos se conseguía), pero que ahora «ofrecen» de forma pública y sonora, ¿tal vez temerosos de que la presión social generen un verdadero cambio legislativo?
Eso no pasará, el PP busca como compañero de baile al PSOE (por fuera del parlamento, sin llamar al resto de grupos), son dos partidos con un interés en el sector bancario fuerte, con un interés de destruir (como se ha visto toda la legislatura pasada, en lo único que se ponían de acuerdo) el sistema de cajas y lo poco del sistema público, que sin problemas meten plata pública para el beneficio privado, son los que tienen que dar solución al problema. ¿Qué harán? Un parche. Pondrán un parche a la situación, limitarán dicha «solución» a casos muy contados y tasados (no generalizarán la dación en pago, ¡ni de casualidad!), y lo harán mostrándose como «políticos responsables y sensibles sociales», ¡por favor! Llegan años tarde. Genial que lleguen, no seré tan canalla de preferir que no hagan nada, pero hay que ver qué nos presentan como solución, que no vale cualquier parida que ahora se les ocurra.
Ambos partidos están jugando con todos nosotros, están escenificando un teatro.
Solo espero que al menos la norma que saquen tras tanta «reunión de urgencia» sirva de algo y ataje el problema. O los síntomas, porque el problema, de raíz, pocos proponen afrontarlo.