En el tema de la descentralización no saben, nuestros políticos electos, ni a dónde vamos ni a dónde queremos ir. La iniciativa presentada hace unos meses por la bancada de la Alianza por el Gran Cambio (y firmado, entre otros, por Lourdes Alcorta) propone modificar el artículo 191º de la Constitución Política del Perú para dejar de llamar presidentes regionales a los que mandan en las regiones, y esto para, según dice, no se confunda con el presidente de la República (ni se tomen prerrogativas que no le son propias al amparo del nombre), así que piden que se les llame «gobernadores» para reforzar la idea de que Perú es un Estado unitario.
Lamentablemente lo es, y está claro en su organización y funcionamiento, no solo unitario, sino fuertemente presidencialista y, en las regiones, mayoritario en vez de proporcional, vamos, peor imposible, además de una descentralización mal ejecutada que en vez de dejarnos grandes regiones hemos cambiado el nombre a los Departamentos para que ahora sean Regiones, salvo Lima, que se desgajó…
A lo que íbamos, me parece poco sustentable el proyecto número 00554/2011-CR, pero bueno, es tan legítimo querer cambiar el nombre como no querer hacerlo, y el cambiar el nombre, como dice Villanueva, presidente de la Asamblea Nacional de Gobiernos Regionales, es «irrelevante» (no tanto así, los nombres tienen su importancia). Pero si el objetivo de Alcorta y su grupo, como se afirma, es «eliminar la falsa concepción que pueden tener algunas autoridades regionales de que su cargo posee el mismo peso que el del presidente de la República», ya vamos mal, porque ese «abuso de poder» y creerse más de lo que se es, pasa hasta con los jueces de paz.
Me ha hecho algo de gracia eso de «no les llamamos Presidente porque somos un país unitario, hay que llamarles gobernadores», cuando, por lo menos yo, al pensar en gobernadores pienso en los que mandan en los estados de Estados Unidos, justo un país federal, gobernadores que más de una vez se comportan con la misma altanería que nuestros presidentes regionales. También pienso en Argentina, se le llama Gobernador a quien comanda la provincia, y claro, Argentina es un estado federal. México es otro ejemplo de Estado Federal cuyos estados federados son comandados por un Gobernador… Si «gobernador» se elige para remarcar el Estado Unitario, resulta tan absurdo… (Cierto, por si alguien me lo recuerda, en Chile se le llama gobernador al cabeza de la Provincia, ¡pero no es el mismo nivel que nuestras regiones! las regiones en Chile tienen a la cabeza un Intendente. Ya, tienen razón, ahora en Bolivia las cabezas de departamento son llamados gobernador, que ya dejaron de lado los prefectos.)
Velásquez Quesquén, de paso (y es que hace tiempo que no me metía con ningún aprista), salta con una de sus perlas: En ningún país donde hay estados federales o subnacionales sus titulares son llamados presidentes, afirma según Perú21. Si esto lo han recogido correctamente: ¡Cuánta ignorancia! Comencemos por Francia, que es un Estado Regional (lo que le acerca más a uno unitario que a uno federal), quienes mandan en las regiones se les llama Presidentes del Consejo Regional o Presidente Regional. España es un estado autonómico donde cada autonomía llama a su mandatario, básicamente Presidente (con referencia o al territorio directamente o a la junta de gobierno del territorio), y donde hay dos ciudades autónomas cuyo mandatario tiene el cargo de Alcalde-presidente. A la cabeza de los estados federados alemanes encontramos a un Ministerpräsident, que en cristiano es un ministro-presidente. En Portugal, las regiones autónomas, tienen un Presidente del Gobierno Regional. En México, incluso, tienen la figura de «Presidente municipal» (que sería como nuestro alcalde). En fin, que podemos seguir así un rato, hablando no solo de estados federales, sino también «unitarios descentralizados»…
Pero bueno, si la idea es que «el título de presidente debe estar reservado al Presidente de la república», decisión por otro lado legítima, ya puede apurarse el presidente del Congreso para ir pidiendo el cambio del nombre de su cargo. Todos los presidentes de todo tipo de órganos también deberían cambiar, entre ellos el presidente del poder judicial. Hay que saber distinguir al Presidente de la República del Presidente del Club de Fans de los Caballeros que dicen NI, pero oiga usted, si creen que solo presidente es el de la república, nada, tiramos para largo y vamos hasta el último absurdo: Decreten la imposibilidad de usar esa nomenclatura de cargo, dentro de Perú, para nadie más que el presidente de la república.
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