Elecciones en Andalucía 2012: jugando con los resultados

Quería hacer una entrada tanto sobre Andalucía como Asturias tras las elecciones autonómicas celebradas en ambas comunidades y jugar con sus resultados, pasarlos a distrito único (sí, en Asturias tienen circunscripciones para elegir a los diputados de la Junta General) usando sistemas de reparto distintos, pero en Asturias todo está pendiente de un recurso tras el recuento del voto CERA que sí ha sido determinante (puede quitarle la mayoría a un bloque y dar un empate entre las partes en disputa y con el voto determinante del quinto partido de la cámara), así que lo dejo todo en un artículo sobre Andalucía. Vaya por delante lo siguiente: El partido que ganó en Andalucía fue el Partido Popular en unas elecciones con un absentismo altísimo (aumentó un 38,2% con respecto al 2008). Los dos grandes partidos han perdido votos, y esto es especialmente grave para el PP, que no solo esperaba barrer, sino que, en relación con las elecciones generales del año pasado, no ha conseguido mantener a su electorado. La caída del PSOE ha sido brutal, no solo son 9 escaños menos, sino que pierden más de seiscientos mil votos.

Otra forma de ver los resultados

En la tabla 1 pueden ver los resultados de estas elecciones comparados con las anteriores, podemos destacar lo más evidente: El PP ganó, pero más que por mérito propio (un aumento discreto en su porcentaje de votos válidos, una caída en votos obtenidos), por demérito del PSOE, que cayó de forma espectacular (tal vez menos pronunciada que lo señalado por las encuestas, pero perder 9 diputados, seiscientos mil votos y casi 9 puntos de porcentaje de votos válidos es una caída considerable que no debe ser «tapada» por la posibilidad de continuar gobernando), esto que digo no es gratuito: El PP casi no aumentó mientras que el PSOE cayó mucho, de ahí que la suma de votos válidos de los dos partidos antes representaba el 86,86% mientras que ahora suman el 80,18%.

Izquierda Unida mejoró, sobre todo en su presencia en el parlamento (colocándose con 12, el doble de lo que tenía) y gracias al resultado del PSOE consigue una considerable fuerza relativa que con otro resultado (mayoría absoluta de cualquiera de los otros partidos) no tendría, también, contando el fuerte crecimiento de UPyD (se coloca como cuarta fuerza, primera extraparlamentaria, con el 3,35% del porcentaje de votos válidos), el resto de partidos que no entraron en el parlamento andaluz se llevaron más votos que hace unos años, esto es, antes los tres con representantes sumaban el 93,9% de los votos válidos, ahora suman el 91,2%, todo esto lo podemos matizar, nuevamente, por la baja participación.

En la tabla 2, por otro lado, pueden observar el resultado de los que tienen representación en el parlamento autonómico en relación no solo a los votos válidamente emitidos, sino también con respecto al censo electoral (no la población, sino a las personas con derecho a voto), y la diferencia, en todo caso, que existe entre los votos recibidos y la ocupación de la cámara de cada uno de esos partidos.

Si el PSOE finalmente pacta con IU tendríamos que el 31,47% de los votantes tienen el 54,13% de la cámara y quienes gobiernan, en otras palabras, que menos de un tercio de los electores andaluces han decidido el nombre del gobierno de la autonomía. También podemos ver que el PP como el PSOE están sobrerrepresentado en la cámara, así el PP representa el 40,66% de los votos válidos (el 25,16% de los electores) pero ocupa el 45,87% de la cámara, esto es, tiene 5,21 puntos de sobrerrepresentación. El PSOE tiene 3,6. Hay que tener en cuenta que solo el 56,63% de los ciudadanos andaluces con derecho a votar tiene representantes electos. (Y mientras escribo esto solo puedo pensar en «La ley del Número» de Ricardo Mella.)

Jugando con los resultados andaluces
Una vez visto lo anterior, pasamos a comparar sistemas, esta vez solo voy a realizar una conversión y dos repartos, en vez de atender a un sistema con circunscripción múltiple (el que tiene Andalucía) y reparto mediante D’Hondt a uno de circunscripción única, primero usando el mismo método de reparto (para que vean que el problema no está solo en ese sistema, sino en el tamaño de los distritos electorales) y luego usando el sistema de Resto Mayor, método Hare. Y claro, sin aplicar ningún tipo de barrera o valla electoral.

Lo primero que podrán observar en esta tabla 3 es que en ambos repartos en circunscripción única tanto el PP como el PSOE pierden curules, esto se debe a que una circunscripción pequeña premiará a los partidos mayoritarios de la misma, sobre todo si se elige el más mayoritario de los sistemas de reparto proporcionales, como es el D’Hondt. En ambos repartos en distrito único existe una mejor correspondencia entre el porcentaje de votos válidos obtenidos y la ocupación de la cámara, eso hace que tanto el PP como el PSOE pierdan peso relativo.

En un distrito único sin barreras electorales, incluso usando el sistema D’Hondt, habría más partidos en el parlamento andaluz, tanto UPyD como PA podrían tener voz y voto, si aplicamos el método Hare entraría, además, Equo. El método Hare es el que más favorece a las minorías, por ello los tres partidos más pequeños obtendría mayor representación de las que sus votos le corresponden, en este caso concreto penaliza un poco al tercer partido del parlamento. Lo curioso es que en ambos casos la suma del PSOE e IU aun suman mayoría absoluta en la cámara (entre ambos suman algo más del 50% del voto válido en la autonomía, así que esto tiene sentido).

No les aburro más, solo decir dos cosas para acabar: Esto no pasa de ser un mero ejercicio intelectual, la gente vota de acuerdo al sistema imperante, esto es, el sistema y la cultura electoral se retroalimentan mutuamente, así que los resultados con otros repartos están condicionados a un cambio de sistema, y por ello, de cultura electoral (en otras palabras, la gente votaría distinto si las elecciones fueran con distrito único y reparto mediante el sistema de Resto Mayor, sea el método que sea el elegido, a lo que lo hacen actualmente). Por otra parte, los partidos beneficiados por el sistema son quienes tienen menos incentivos para cambiarlo, por ello es improbable que los partidos gobernantes o que tienen esa aspiración busquen mejoras en la representación política de los ciudadanos y aumento de la pluralidad representada, esto no les conviene. Esos partidos mayoritarios no tienen ningún problema en decir que representan a la sociedad en su conjunto cuando no les votan ni el 30% de los llamados a votar (menos si lo comparamos con la población sobre cuyas vidas deciden).