Espero que le pase factura. El Presidente de Bolivia, Juan Evo Morales Ayma, tiene algunos gestos más que machistas, que olvidan que la igualdad de hombres y mujeres no se consigue solo con nombrar ministras (que, encima, tiene ese retintín de «deben probarse» que no se dice cuando se nombra a varones para dirigir ministerios), sino que es algo que debe existir en todo lo que cada quien hace. Declaraciones como «cuando un jovenzuelo embaraza a su compañera, es preferible escapar al cuartel y cuando sale del cuartel, es intocable ese soldado» demuestran el machismo imperante en el pensamiento de Morales. No es la primera vez que suelta alguna perla homófoba o machista.
El problema es que ese tipo de burradas las dice porque las cree, tiene un concepto patriarcal de la sociedad, la mujer, por más «sagrada» que la pueda concebir, no es una igual (me estoy acordando de una buena reflexión de Victoria Aldunate Morales de hace un par de años sobre una cumbre de mujeres, sobre lo que ahí vivió y vio), por eso siempre hay una coletilla en todo lo «positivo» en favor de la «igualdad», por eso cada paso adelante tiene un golpe para atrás, como es la machista declaración de hoy (y no es una declaración mal pillada en una conversación privada, la soltó en un discurso en la Academia de Historia Militar).
Es como lo que soltó Rajoy el otro día, durante el debate, que cuando habló de igualdad soltó: «Yo tengo la fortuna de contar entre mis colaboradoras a mujeres muy competentes, que además, muchas, además, la mayoría de mis colaboradoras son mujeres, que llevan su casa» (eso sí, reconocía que existía una disparidad en quién concilia, sin decir qué haría para variar esta situación, si es que hay que variarla, lo cual fue uno de los pocos planteamientos positivos de Pérez Rubalcaba), ese tipo de comentarios normalmente no se dan cuando se habla de varones, esto es, se suele concebir que es la mujer quien «lleva» la casa (hasta hace poco se hablaba de que el hombre debía «ayudar» en casa, no, no es «ayudar», es participar en igualdad con la pareja).
El comentario de Evo Morales, quien tiene el mando de Capitán General de las FF.AA., es bastante grave, porque no solo refleja el machismo del mandatario, es ofensivo para todas las mujeres, sino que es violento a la par que cobarde (¡y lo dice como alago para los militares!), anima a dejar toda la responsabilidad sobre los hombros de las mujeres, anima a la impunidad e irresponsabilidad, anima al control sexual del hombre sobre la mujer, por tanto, a perpetuar el patriarcado, olvida además que las Fuerzas Armadas no son solo «para hombres» (¡si la primera promoción femenina del ejército egresó en el 82!).
¿Cómo podrían ser las Fuerzas Armadas de Bolivia un instrumento más en la lucha contra el machismo cuando el jefe de Estado, máximo dirigente de las FF.AA., es machista?