Un comentario al editorial de Fritz Du Bois en Perú 21
En Perú los impuestos no son (especialmente) altos. Los costes laborales tampoco. ¿Por qué siempre se alude a ambos elementos cuando se habla de la informalidad en el Perú? Evidentemente porque buscan, mediante un nexo causal inexistente, justificar una bajada de impuestos y una destrucción de los ya precarios salarios, así de simple. Dentro de esas tesis se encuentra, cómo no, Fritz Du Bois, que hoy firma una editorial titulada «La informalidad ja, ja, ja, ja» en Perú 21 donde aprovecha para atacar las precarias instituciones laborales, la burocracia (que más que causa de informalidad es excusa), los distintos gobiernos y pedir bajadas de impuestos.
La cantaleta sobre las condiciones laborales ya nos las sabemos: Todo es rígido y cualquier aumento salarial significa informalidad. No, esa relación de causa – efecto es falsa, en periodos de contención salarial (los últimos años los trabajadores han perdido poder adquisitivo) o disminución de derechos laborales (los últimos 30 años de reformas, básicamente) el sector informal ha crecido, si existe una relación no es la que vincula rigidez laboral con la informalidad, mucho menos si lo comparamos con otros países con legislaciones mucho más tuitiva que la peruana, y que apenas tienen sector informal.
En realidad la informalidad está más vinculada con la falta de aplicación de la ley, esto es, que toda esa supuesta rigidez es papel mojado si las instituciones que deben velar por su cumplimiento no funcionan, como es el caso peruano. ¿Cuántas empresas en Perú son sancionadas por tener trabajadores irregularmente contratados? Por favor, hasta el Estado se inventó un tipo contractual (los CAS) para saltarse la legislación laboral. No solo los derechos laborales y sindicales no son protegidos por la Inspección laboral de turno, sino que tampoco funciona el Poder Judicial en este punto.
Argumentos como el esgrimido por el director de Perú 21 que relaciona la legislación laboral con la informalidad (¿entonces Alemania debería tener mucho más informalidad que Perú? tiene mayores salarios, mejor legislación laboral e impuestos al doble que los peruanos), afirmando que lo excluyente es esa legislación, nos llevaría a pensar que (y lo llevo a un absurdo) una ley que permitiera la esclavitud de todos los hoy informales volviéndolos al momento formales (esclavos) sería más incluyente que la actual legislación…
Pero bueno, no se le pueden pedir peras al olmo tras leer afirmaciones como esta:
Desde que Velasco tuvo la desastrosa idea de mandar a todo el agro peruano –donde estaban los principales contribuyentes de antaño– a la precariedad e informalidad en un solo y brutal acto, nuestro país ha cargado con un sector informal que ha ido inexorablemente aumentado.
Velasco es culpable de muchas cosas, entre ellas no haber realizado bien la Reforma Agraria (ese es el brutal acto al que se refiere Fritz Du Bois), pero esa reforma está lejos, muy lejos, de ser la causa de la informalidad de Perú, entre otras cosas porque dicha informalidad está más vinculada a lo urbano que a lo rural. Hay que tener en cuenta, además, que aunque los grandes terratenientes pagaran impuestos por sus explotaciones, los jornaleros no solían ser contratados de forma regular, con lo que esa población ya vivía en el sector informal antes de la Reforma Agraria.
La afirmación es falsa porque vincula esa reforma con la informalidad del país, hay que tener en cuenta que la tendencia de la informalidad en Perú fue decreciente esto es, en la década de los cuarenta hubo un pico del 32% de trabajadores en el sector informal, en 1980 fue de 28,8%, esto es, después de muchos años de la fallida reforma en el campo peruano la informalidad todavía no despegaba (era alta, pero no mayor que antes de la reforma). En 1969 se inicia la reforma agraria de Velasco y diez años más tarde la informalidad ha caído un punto. Tenemos pues que antes y después de la reforma la informalidad era similar. En realidad la reforma sacó de la informalidad a muchos campesinos y jornaleros mediante las nuevas cooperativas.
¿Cuándo se dispara la informalidad en Perú? En los años ochenta, y no está, nuevamente, vinculada con el campo, sino con las crisis económicas que afectaron principalmente al tejido más productivo, y luego vinculado al crecimiento desordenado de las ciudades y la situación de pobreza persistente. Así en la década de los ochenta el PIB peruano cayó el 30% (en la región la caída fue del 10%) y la pobreza aumentó hasta el 52% en el 86, esto acompañado con el desplome entre el 82 y el 87 del gasto en políticas sociales.
¿Qué sectores acumulan informalidad? Si fuera cierto lo que dice el director de Perú 21 nos encontraríamos con el agro con el sector con mayor informalidad, pero no es así, está el comercio, el transporte y la construcción a la cabeza en este epígrafe, en el comercio llegó, en 1991, al 77% de informalidad. ¡77%! Y no todos eran campesinos perjudicados por la reforma agraria, ni grandes terratenientes que perdieron sus tierras.
Sí existe un vínculo estrecho entre los sectores que antaño estaban en el Rural Tradicional y migraron a la ciudad y su nueva situación de informalidad en la ciudad, pero estas migraciones se iniciaron antes de Velasco y se intensificaron después del mismo, y no por la Reforma Agraria.
Para algunos todo vale para justificar sus filias y fobias.
Todo esto no quita para que, en el fondo, esté de acuerdo con que hay que luchar contra la informalidad en el país, pero esa lucha no pasa, ni por asomo, por precarizar a los trabajadores (¡aun más!) ni bajar los impuestos, sino por el cumplimiento de la ley y la persecución de quienes se aprovechan de la informalidad (comenzando por esos grandes empresarios que pagan mal o contratan de forma irregular, sin olvidar el propio estado).
Un comentario en «De informalidad, rigidez y reforma agraria»