No les bastaba con atacar de forma constante a las clases bajas con medidas económicas que favorecen al gran capital, sino que han decidido hacer suyo el discurso xenófobo de «el trabajo para los españoles», el titular del Ministerio de Trabajo e Inmigración, Valeriano Gómez, anuncia que posiblemente se restablezca la necesidad de permiso de trabajo para los rumanos. Sí, Rumanía está en la UE, pero su tratado de adhesión los vuelve europeos de segunda durante bastante tiempo, permitiendo que la libre circulación de personas no se aplique a decisión de los demás países de la Unión. España había levantado la moratoria a los rumanos hace dos años y con esta medida se da un paso atrás en la integración de la principal colonia de extranjeros en territorio peninsular.
El ministro de trabajo asegura que es una «medida temporal» con base «técnica», pero lo que hace es perjudicar directamente a todos los rumanos que actualmente viven en España y no tienen un empleo, y perjudica a todos los rumanos que quisieran «traer» a su familia y que, la misma, una vez en España pueda buscar y encontrar trabajo, impide también que cualquier rumano pueda venir libremente a territorio ibérico para trabajar, como lo hicieron los suyos hasta hoy día. El ministro asegura:
«Esta es una decisión estrictamente técnica, basada en consideraciones internas generadas por la situación del mercado laboral en España, y se enmarca en la política migratoria general adoptada por el Gobierno.»
Lo más grave es que reconoce algo que estamos viendo desde hace años: El que paga el pato es el débil, así la política migratoria cada vez es más «estricta», cada vez es más difícil vivir y trabajar legalmente en España, cada vez el gobierno acepta con más fuerza eso de que todos somos iguales, pero unos más iguales que otros, que el tipo de documento que tienen los trabajadores los vuelve buenos o malos, que las personas son ante todo cosas que el sistema usa, y cuando no necesita, descarta, como se descarta a los extranjeros sin trabajo, como se impiden las renovaciones de documentos.
Los inmigrantes son quienes más están sufriendo la crisis, su tasa de paro es superior a la de los nacionales, hay varias explicaciones para ello, como su presencia masiva en los sectores que más cayeron, como su estatus precario de forma global (mayor tasa de temporalidad sin importar el sector, vinculado con los permisos que son temporales), y porque fueron los primeros en sentir el golpe de la crisis (por las mismas razones ya mencionadas), el gobierno acepta que si hay paro en España la culpa es de los extranjeros, que hay muchos y hay que botarlos, si no quisieron irse por su propio pie (con los planes de retorno voluntario) hay que echarles, así se endurecen las leyes de extranjería, esas mismas que el PSOE no ha querido mejorar, ha seguido, más bien, la línea represora y racista instaurada por el PP en el nacimiento de su mayoría absoluta.
Es imposible mantener que es una decisión «técnica», es política, es todo un gesto a la extrema derecha, es un abrazo, finalmente, a sus tesis racistas. Es un duro golpe al internacionalismo que debería primar en un partido socialdemócrata. Pero ya de este PSOE nada nos debe extrañar.