A vueltas con las uniones civiles entre homosexuales

Ante la falta de grandes diferencias entre los candidatos que tienen posibilidades de salir electos, se está poniendo sobre la mesa el tema de la «Unión Civil», la cual se podría dar tanto entre parejas heterosexuales (algo que en el debate ni se menciona casi) como homosexuales (lo cual ha animado el tema, en realidad). Una «Unión Civil» no es un matrimonio, no tiene los mismos derechos ni significa, realmente, lo mismo ni en lo jurídico ni en lo práctico. En realidad se parecen más a las Uniones de Hecho «registradas». Hoy por hoy en Perú, además, solo se reconocen efectos a las uniones de hecho heterosexuales (art. 326º del Código Civil de 1984). Entre tantos dimes y diretes en campaña, continúa el proceso de aprobación de un proyecto de ley en el Congreso al respecto de este tema…

El fujimorista Rolando Sousa, titular de la Comisión de Justicia y Derechos Humanos del Congreso donde se está viendo el aprista proyecto de ley 04181/2010-CR (del que hablé días antes de su presentación), exagera (como poco) las dificultades para aprobar un proyecto así, por un lado, no sería necesaria una reforma constitucional para aprobar una nueva figura legal (como la «Unión Civil») ya que, además, se plantea desde el plano puramente contractual (lo cual es una seria limitación para la institución-contrato de las Uniones Civiles), en tanto que la constitución peruana lo único que dificulta realmente es el matrimonio entre personas del mismo sexo (y, no olvidemos, la constitución se puede modificar, estos años incluso se han aprobado varias, una de ellas la veremos estas elecciones: Aumento de Congresistas y creación de un distrito electoral más -al segregarse Lima provincia del resto de Lima-).

Por otro lado, la referencia a la Convención Americana sobre Derechos Humanos de 1969 suscrita en San José (el Pacto de San José), en especial su artículo 17, realmente no establece que el matrimonio deba ser necesariamente entre hombres y mujeres, sino que da derecho tanto a hombres y mujeres para contraer matrimonio (en otras palabras, pone «y» no «entre», este es el argumento usado en España para que tenga «encaje constitucional» el matrimonio homosexual). En Argentina y en Canadá existe el matrimonio entre homosexuales y no han tenido problema alguno con el Pacto de San José, así como en algunos estados de Estados Unidos también y una jurisdicción mexicana (el DF) se reconoce este tipo de matrimonio. Ninguno de los antedichos ha tenido problema alguno de encaje internacional en el Pacto.

Y, aunque diéramos por bueno ese «argumento», el proyecto habla de «Uniones Civiles», no de matrimonio, por eso en varios países de América se han desarrollado legislaciones que reconocen la «Unión Civil entre personas del mismo sexo», ya sea a nivel nacional, como son Colombia, Ecuador y Uruguay, como a nivel subnacinal, como son las mexicanas Ciudad de México (DF) y Coahuila, las argentinas Buenos Aires, Villa Carlos Paz, Río Cuarto y Río Negro y la brasileña Río Grande do Sul y, además, en varios estados de Estados Unidos. Este tipo de uniones civiles le importa más bien poco al Pacto de San José, con lo que tampoco se ha tenido dificultad alguna.

Así que no, no se dan realmente las dificultades que plantea Sousa: No hay problema constitucional alguno (y la Unión Civil tampoco es sinónimo de Pareja de Hecho) ni hay problema con los tratados Internacionales que ha firmado el Perú (incluso en cumplimiento de la No Discriminación que en todos impera como principio básico se debe avanzar en la aprobación del matrimonio homosexual).

En esa misma nota de El Comercio enlazada párrafos atrás, se recogen unas palabras del representante de la Conferencia Episcopal, Bustamante, afirma que «no se puede disociar el matrimonio de la familia», en eso estoy de acuerdo, al margen de que acá no hablamos de matrimonio, sino de «Unión Civil», el matrimonio no se puede desvincular de la familia. Es justamente lo que el colectivo homosexual exige: Reconocimiento jurídico para las familias que ya forman de hecho. ¿O es que solo hay familiar con un hombre y una mujer casados? ¡Por supuesto que no! Eso nos llevaría a un absurdo: Todas las familias monoparentales no serían familias. Y si entendemos como fin del matrimonio «la reproducción para constituir una familia» (más de una vez lo he leído a los representantes de la Iglesia) nos encontramos con otro absurdo, esta vez doble: a) Los adoptados no formarían parte de la familia; b) Los estériles no podrían casarse (adiós matrimonios en la tercera edad, entre otros).

El contenido de las instituciones jurídicas lo deciden los parlamentos y los tratados internacionales suscritos, así que este contenido no es inmutable, sino que puede variar. Solo podemos ver una prohibición en el Pacto de San José salvo que nos la querramos inventar, y ya se ha visto que, donde se ha aprobado, no han existido problemas de encaje internacional de derechos.

Para concluir, voy a recoger algo que mencioné hace unos meses:

«O se deroga la institución-contrato del matrimonio o se abre el concepto a las parejas entre personas del mismo sexo que deseen acceder a los derechos y deberes regulados en la institución matrimonial (posiblemente tendríamos que modificar el artículo 5º de la Constitución Política del Perú). El artículo 4º de la Constitución establece que el Estado impulsará el matrimonio como base de la familia y la sociedad, ¿Qué mejor que permitiendo que otras formas de familia, que YA existen, puedan acceder al matrimonio?»

Si este tema no sale adelante es por lo profundamente conservadores que son nuestros legisladores en estos temas (no hay más que ver que dos de los tres que van a la cabeza en las encuestas se oponen frontalmente, y el que lo recoge en su programa a veces dice que sí y otras que no y otras que él no sabe nada, en esto último estoy de acuerdo con él, no sabe nada). Y si esto ya pasa con la anodina y limitada «unión civil», ¡imagínese con el matrimonio!

8 comentarios en «A vueltas con las uniones civiles entre homosexuales»

  1. Totalmente de acuerdo contigo, en todo. Lástima que esto solo sea un reflejo de lo atrasada que está nuestra sociedad. Lo que más me irrita del tema es lo metiche que puede ser la iglesia católica y la arrogancia con que se manifiesta.

  2. Salud

    Gracias por el comentario Luciano. A mí lo que me sorprende es que unas personas que han decidido “renunciar” a sus familias biológicas para formar unas “comunidades familiares” (donde se llaman entre sí hermanos y hermanas, padres y demás) sean incapaces de entender que hay formas distintas a la familia que el hombre-mujer-matrimonio-hijos. Es contradictorio sin dudas.

    Hasta luego ;)

  3. En la Iglesia, antes de aceptar a los homosexuales creo que aceptarían las sacerdotisas. Para mí casi sería incoherente aceptar una cosa sin la otra, ya que la aceptación de mujeres ordenadas es el primer paso a aceptar al varón y mujer iguales.

  4. Salud

    Primero tendrían que dejar de condenar al infierno a las parejas heterosexuales de hecho :P. En realidad podrían hacerlo todo a la vez, así los más conservadores explotarían de tantas cosas de las cuales quejarse.

    Hasta luego ;)

  5. UNIONES CIVILES: discriminando a los heterosexuales
    Por René Flores

    La polémica desatada a propósito de la propuesta de Perú Posible respecto a las uniones civiles hace oportuno algunas precisiones sobre el tema. Empecemos diciendo que el debate acerca de la homosexualidad, que dura unos 150 años, resulta por lo general muy enconado y está en el centro de una lucha ideológica entre liberacionistas y conservadores en materia de sexualidad. Discusión que por lo general no atiende al avance en el conocimiento científico de la sexología clínica de los últimos 50 años. En este artículo trataremos de darle un enfoque médico psiquiátrico.
    Derechos humanos y sufrimiento
    Muchas personas que están a favor del matrimonio homosexual lo hacen con la mejor intención porque creen estar defendiendo los derechos humanos, la libertad individual, la no discriminación, y otros valores del mundo moderno. Siento decirles que creo que en este punto están equivocados.
    La homosexualidad causa un gran sufrimiento a quienes la padecen y a sus familias y no necesariamente por el estigma social asociado al problema. Las personas con atracción por el mismo sexo, en promedio, tienen una comorbilidad muy alta tanto física como emocional: tasas de alcoholismo, drogadicción, depresión, suicidio, enfermedades de transmisión sexual – el SIDA es 20 veces mas frecuente que en la población heterosexual – ,y una expectativa de vida 20 años menor. Una proporción destacada de homosexuales llevan a cabo las llamadas conductas de riesgo y son objeto de agresiones por practicar el sexo anónimo y vincularse con delincuentes y psicópatas como hemos comprobado en el país en los últimos años.
    Respecto a la adopción de niños por parejas homosexuales, una de las metas, de los grupos gay, consideremos que el desarrollo normal de los niños requiere idealmente un ambiente con padre y madre como referentes para una integración de su psicosexualidad . Hay estudios que revelan que los niños criados con padres de un mismo sexo, dos hombres o dos mujeres, presentan muchas perturbaciones de conducta y en rendimiento escolar. Otros estudios afirman que tal cosa no ocurriría. Mientras no se demuestre sin ninguna duda que esto es así, los niños no pueden ser sujetos de experimentación. Además las parejas gay tienen tasas de violencia más altas que las heterosexuales y los varones homosexuales mueren a temprana edad, a causa de la comorbilidad, dejando huérfanos a los niños.
    Minorías políticas
    Las organizaciones gay persiguen posicionarse políticamente. Su objetivo es cambiar el contrato social y han abandonado hace tiempo el interés en los reales problemas de las personas con este desorden. Por eso es que en los países en los que se ha aprobado el matrimonio homosexual una insignificante proporción de parejas del mismo sexo hace uso de ese supuesto derecho.
    Las organizaciones gay como el MHOL en Lima se autodesignan representantes de la población homosexual sin serlo realmente. Los gay, como decimos, son personas contestatarias que usan su condición sexual para lograr influir en la sociedad en su afán de devaluar el matrimonio y la familia tradicional.
    Pero, al contrario, la gran mayoría de homosexuales no gay son personas discretas que viven su sexualidad en forma privada como lo hacen los heterosexuales y no se identifican ni les interesa el programa gay.
    Existe una agenda mundial gay sustentada en congresos LGTB con una estrategia internacional que se lleva a cabo también en nuestro país para que la sociedad acepte la pretensión de que la homosexualidad es una forma más de actividad sexual normal. Primero, logran la aprobación de las uniones civiles, enseguida el matrimonio, luego la adopción, después la enseñanza de la homosexualidad en los colegios y finalmente rebajar la edad de los niños para mantener relaciones sexuales con adultos.
    Homofobia
    Un término digno de análisis y muy empleado por los grupos gay e incluso por personas no bien informadas es el de homofobia . Fue creado por un psicólogo heterosexual a mediados de la década de los años 60 para protestar por el rechazo que advertía sufrían sus amigos homosexuales. Tuvo razón. Aunque frente a una conducta tan antinatural la gente no puede por lo menos dejar de sorprenderse e incluso mostrar cierto recelo.
    No es desde luego una fobia porque no reúne las características de lo que en psiquiatría se denomina así . Más aun, con el tiempo se ha deformado su significado primigenio y se tacha de homofóbico a todo aquel que dice algo que disgusta a las organizaciones gay ( a mi me tachan de psiquiatra homolesbotransfóbico). Ahora la palabra homofobia ha terminado siendo un fenómeno cultural, un instrumento no de “minorías sexuales” sino de “minorías políticas”, que tratan de combatir todo aquello que denote o connote heterosexualidad, el repudiado heterosexismo.
    Discriminación en ciernes
    Si se aprueba una ley sobre las uniones civiles sería discriminatoria e inconstitucional por marginar a la población heterosexual, al negarle derechos a los heterosexuales a favor de la comunidad homosexual. Debería ser en todo caso extensiva a toda asociación de personas que vivan juntas con lazos de afecto. Por ejemplo, de los muchos, en el caso de un padrino que viviera con dos ahijadas, estas tendrían derecho al seguro social del padrino y a la herencia. Una religiosa que viviera en comunidad y que por trabajar como profesora gozara de seguro social, tendría este que ser extensivo a todas las compañeras que viven con ella en la casa de la congregación . Tres amigos heterosexuales que decidieran vivir juntos y se quisieran mucho serían elegibles para un programa de vivienda subsidiada por el Estado y trato especial en materia tributaria.
    Causas y terapia
    Los estudios en torno a la causa de la homosexualidad fueron paralizados por los años 70 cuando la Asociación Psiquiátrica Americana cometió el gran error de remover a la homosexualidad de su clasificación de desórdenes mentales, el DSM. Realmente fue una exclusión figurada porque la homosexualidad siguió y aun sigue figurando bajo otros títulos en la última clasificación, el DSM IV TR.
    En los últimos diez años la investigación sobre las causas de este desorden ha cobrado nueva fuerza y ahora se piensa se piensa que el origen de los problemas de la orientación sexual son inmunológicos e incluso pareciera explicarse la llamada “paradoja darwiniana”.
    Las diferencias entre homosexuales y heterosexuales son múltiples y van desde la organización cerebral, hasta los potenciales otoacústicos, el orden de nacimiento y la relación en el tamaño de los dedos anular e índice. Promocionar los problemas de orientación sexual no es la manera de ayudar ni contribuir al bienestar de la comunidad homosexual. Al revés, existen estudios que demuestran que estos desórdenes se pueden revertir con el tratamiento adecuado.
    RESUMEN

    1. El debate sobre la homosexualidad , que dura unos 150 años, por lo general es muy enconado y está en el centro de una lucha ideológica entre liberacionistas y conservadores en materia de sexualidad,
    2. Muchas personas que están a favor del matrimonio homosexual lo hacen con la mejor intención porque creen estar defendiendo los derechos humanos.
    3. Las personas con atracción por el mismo sexo, en promedio, tienen una comorbilidad muy alta física y emocional.
    4. En la adopción de niños por homosexuales hay que tener en cuenta el desarrollo normal de los niños y que no pueden ser sujetos de experimentación
    5. Las organizaciones gay, se autodesignan, sin serlo, representantes de los homosexuales, y tienen propósitos de posicionarse políticamente y cambiar.
    6. La homofobia no tiene las características de ninguna fobia psiquiátrica habiéndose deformado para tachar de homofóbico a todo aquel que disgusta a las organizaciones gay.
    7. Una ley sobre las uniones civiles sería discriminatoria e inconstitucional por marginar a la población heterosexual, negándole el acceso a los mismos derechos.
    8. La investigación sobre las causas de la homosexualidad ha cobrado nueva fuerza y ahora se piensa que el origen de los problemas de la orientación sexual son de carácter inmunológico.
    9. Promocionar los problemas de orientación sexual no es la manera de ayudar ni contribuye al bienestar de la comunidad homosexual.
    10. Existen estudios que demuestran que estos desórdenes se pueden revertir con el tratamiento adecuado.

  6. Salud

    Diox, hacía tiempo que no veía un texto con tantos… mmmm… «errores», para decirlo suavemente. Pero ya que se centra en parte en la propuesta del PP, hay que tener en cuenta que esa Unión Civil sería tanto entre heterosexuales como entre homosexuales (no se habla expresamente de unión entre homosexuales, sino que no importaría el sexo de las partes contratantes de la unión, o sea, entra la pareja heterosexual), con lo que ese punto de «Una ley sobre las uniones civiles sería discriminatoria e inconstitucional por marginar a la población heterosexual, negándole el acceso a los mismos derechos.» es un error mayúsculo, digna postura del que ni siquiera se ha querido informar de la propuesta del PP.

    Aunque, como digo, mejor que Uniones civiles pasemos directamente al matrimonio (¿o es que está bien la discriminación contra los homosexuales pero no contra los heterosexuales en los contratos institución?).

    En fin, lo que hay que leer.

    Hasta luego ;)

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