«Pero que tengamos que alargar nuestra vida laboral y nuestros años de cotización, es la constatación de un fracaso de un gobierno que es incapaz de que el 21 por 100 de los trabajadores españoles tenga trabajo». Esteban González Pons, vicesecretario de Comunicación del Partido Popular
Para el PP toda la reforma de las pensiones tiene como fundamento no la demografía y demás elementos hasta ahora argumentados (y que el PP ha defendido durante más de 7 años, hasta hace un par de días, donde cambiaron el discurso), sino únicamente la disminución de cotizantes y la alta tasa de desempleo. Confunden, y lo hacen a propósito, lo coyuntural con el largo plazo. No estoy nada de acuerdo con la reforma acordada por sindicatos, patronales y el gobierno, en gran medida creo que se hace para pagar menos por un lado y favorecer a los sistemas privados de pensiones, por otro, con el fin último de hacer desaparecer lo público… Pero sí existía una necesidad de reformar el sistema por el tema demográfico (como ya se ha hecho varias veces), el tema está en qué dirección se hace la reforma.
El PP venía pidiendo esta reforma desde hace mucho, tal vez no con la obligatoriedad de la subida de la edad promedio para jubilarse (que se aplicará progresivamente, seguramente cuando toquen los 67 años se ronde el 10% del desempleo, salvo que coincida con otra crisis cíclica, con lo que el exabrupto de González Pons no tiene sentido), pero sí con otros elementos, no pocas veces se ha posicionado en contra de las prejubilaciones (para hacer subir la edad real de la jubilación hacia la edad legal), así como de cambiar el sistema para que esté más vinculado con lo aportado (y finalmente eso es lo que se hace aumentado el tiempo de cálculo para la base).
En el 2004 decían (programa electoral para las elecciones generales de ese año, página 14):
España afronta el futuro del sistema de pensiones desde una posición favorable: un intenso aumento de la afiliación a la Seguridad Social, lo que permite su superávit, y un Fondo de Reserva en crecimiento. Partimos pues de una base sólida para contemplar los retos que el envejecimiento de la población plantea.
En ese programa ya estaban temas como el aumento del tiempo para el cálculo (a eso se refieren cuando hablan de fomentar la «proporcionalidad entre las pensiones y el esfuerzo contributivo», eso y hacerla menos solidaria y más «capitalizadora»), beneficiar las pensiones privadas, eliminar la pre-jubilación (o reducirla lo más posible, «coste cero para la Seguridad Social»), y bonificar (aun más) el trabajar por encima de la edad legal de jubilación.
El PP ha insistido, y mucho, que era necesario una reforma por el tema de la edad media en España, lleva muchos años, pero muchos. Y ahora, de repente, el argumento demográfico es una milonga del PSOE que no se sostiene. Por favor.
Pero el PP cambia de discurso (pero no de decisiones) siempre y cuando les sirva atacar al gobierno y recoger votos (como con las pensiones de senadores o diputados, para al final mantener los privilegios), por lo mismo que desde hace un tiempo dice y redice que «la mejor política social es crear empleo» (eso no es cierto, puedes tener a toda tu gente trabajando y un sistema social horroroso y sin sentido, un ejemplo, para no salirnos del «primer mundo», es Estados Unidos), por lo mismo que el PP todo el tiempo quiere vincular todo con la alta tasa de desempleo, olvidando que la misma es una consecuencia de otras cosas, muchas de las cuales el PP también tiene parte de la culpa (como la burbuja inmobiliaria)
Lo peor es esa demagogia barata, atacan de forma furibunda al gobierno pero luego, con la boca chica, aceptan como positivo el contenido, y si es negativo es porque «se queda corta» y habría que ir más lejos (como con la reforma laboral, que encima están moviendo un concepto cuantitativo como si fuera cualitativo con sus puñeteras enmiendas)… Si en el fondo lo único que rechazan es aumentar la edad legal, pero no la edad real (fin de la reforma), algo que llevan exigiendo desde hace mucho, el efecto sobre el trabajador sigue siendo el mismo: Tener que trabajar más años. Pero se vende mejor eso de «aumentar la edad real» y «favorecer que se queden trabajando sobre la edad legal».
En fin, luego escribo en contra de la reforma largo y tendido, y la señora bajada de pantalones de las dos centrales sindicales mayoritarias de este país. ¡Y pensar que yo ya tenía la pancarta para la próxima huelga general! Y nada, firmaron.