Un tema reiterativo estas legislaturas en Perú es la vuelta a la bicameralidad (así como el tema del voto voluntario o facultativo, con cambio de opinión de unos y otros y proyectos confluentes que se estancan incomprensiblemente), ya en el 2007 se aprobó un dictamen que iba en ese sentido (con un intento de pasar la barrera de los 80 votos en dos legislaturas para poder evitar un referendo), entre otras consideraciones adelanté mi opinión sobre el tema, y para no repetirme demasiado, cito: «Personalmente me inclino, dentro de los sistemas burgueses de parlamentos representativos, y para países como Perú, por un parlamento bicameral, donde los representantes de la cámara baja (Congreso o Cámara de Diputados) sean elegidos en una circunscripción única en todo el territorio nacional, y el Senado (Cámara alta) sea la representación de los territorios, por tanto, la circunscripción electoral sería la Región». Pues bien, desde hace unas semanas, el debate vuelve a estar en el Congreso. El APRA quiere esa vuelta y la propone y re-propone cuanto puede.
El partido que tiene la llave de la reforma (hay que estar pendientes de cómo la quieren sacar, con mayoría más que amplia para evitar el referendo) es el Partido Nacionalista Peruano, que muestra fuertes dudas al respecto de la necesidad de la bicameralidad (y no digamos ya de cómo debería ser la cámara alta, senado, segunda cámara, o como le vayamos a llamar), lo cual no deja de ser curioso con un partido que ha defendido la vuelta a la constitución de 1979 (donde el Perú contaba con dos cámaras).
Antes de seguir, y para poder explicar por qué el título de la presente entrada es «Bicameralidad: Así no», debo decirles un par de cosas: Creo que en un sistema de representación como el que tenemos todos los cargos electos en las cámaras legislativas deben ser elegidos por voto universal y secreto, voluntario y directo (para la cámara alta, si representa intereses territoriales, el voto indirecto por medio de las cámaras regionales, estatales o autonómicas también es una opción, aunque me parece menos democrática que si par de voto directo). Toda fórmula que trastoque esto inhabilita el órgano representativo y deja de ser de los ciudadanos para pasar a ser un conglomerado corporativo que bien se podría llevar a través de otras instituciones (comisiones, consejos y demás) pero no por medio de las cámaras legislativas.
En la Constitución de 1979 (última referencia bicameral en Perú) el Congreso contaba con dos cámaras, una era el Senado y otra la Cámara de Diputados, si bien existían senadores vitalicios (los ex presidentes), el resto eran elegidos por cinco años con circunscripción electoral regional. En total había 60 senadores (y los vitalicios no contaban para el tema del quórum para la instalación del Congreso).
Últimamente, sobre todo en posiciones de derecha, estoy viendo un retroceso en la representación directa de los ciudadanos en favor de fórmulas mixtas cuasi censitarias, o estamentales, que recuerdan a esos tiempos en que solo los ricos o cultos podían votar, pero reconvertido en oficios concretos, donde no se tiene derecho a voto simplemente por ser persona, sino por otros condicionantes, esto es, se reconduce a las cámaras altas a cámaras de representación estamental (aunque en una interpretación favorable a este sistema, se puede hablar de una representación «de los diversos intereses sociales»*, en palabras de Mauel Ramírez (Catedrático de Derecho Político de la Universidad de Zaragoza), pongo una cita completa:
«El pluralismo no se expresa únicamente a través de los partidos y, por ello, no deben tener éstos el protagonismo exclusivo en el terreno de la representación. Nuestra propuesta era y sigue siendo la de un Senado como Cámara representativa de los diversos intereses sociales que en la vida social conviven. Algo que, a nuestro entender, no daña el principio democrático desde el momento en que los representantes de esos sectores llegaran al Senado previa elección.» [RAMÍREZ, Manuel. «Sugerencias ante una posible reforma constitucional». En Cuadernos de Pensamiento Político, 2008, nº 19, p. 141 (pueden leerlo en PDF)]
¿Por qué estoy diciendo esto? Porque según la nueva propuesta del partido de la estrella el cambio sería profundo, tendríamos un Senado con personas electas de forma directa por los ciudadanos (unos 34) en una circunscripción única (como ya he mencionado, me parece bien que una cámara ser por circunscripción única y otra por múltiple) pero unos 16 senadores llegarían a ese puesto por elección indirecta y ligados a «gremios y organizaciones», esto es, en nuestro senado, además de representantes de los ciudadanos, habría un número indeterminado aun de representantes de «gremios y organizaciones» elegidos «de forma indirecta» y ligados a los intereses de dichos gremios.
Además en la reforma de la Constitución para aprobar la segunda cámara, aprovechan e incluyen una profunda reforma de la cámara actualmente existente, al incluir la misma la renovación parcial a la mitad del mandato presidencial (propuesta que hace no mucho el APRA defendió en el Congreso y fue rechazada).
La verdad es que no sé qué pensar con la propuesta del APRA, cada vez que hablan de Senado saltan con una redacción distinta, es cierto que algunas cosas han cambiado (ya se aprobó el aumento de congresistas, así que no tiene sentido «rebajarlo» a 125 como tenían en la última propuesta, cuando eso suponía un aumento de 5 diputados a los actualmente ejercientes), y otras las vuelven a incorporar tras múltiples rechazos (al comienzo plantearon la renovación de la cámara baja por tercios, eso se quitó en el segundo texto sustitutorio, luego intentaron que se aprobara esa reforma por su lado, fue rechazada, y ahora solicitan una renovación por mitades), pero es que no tienen ningún problema en ir cambiando de Senado. En el proyecto original del APRA en el 2006 (el 589/2006-CR -PDF-) se plantea un senado elegido por circunscripción múltiple (no definida) en que cada una elige el mismo número de senadores, salvo Lima, que tendrá un régimen especial (no definido), además, habría senadores vitalicios (ex presidentes de la República), luego nos presentan un Senado con 50 de los cuales 25 son elegidos por circunscripciones regionales y otros 25 por circunscripción única, donde los senadores, como los diputados (congresistas actuales), son representantes de la nación (en el modelo que ahora defienden, al menos 16 son representantes de intereses gremiales, y no sé que tan bien casa eso con la necesidad de que no haya mandato), en otro de los textos, piden un senado con los 50 elegidos de forma directa en circunscripción única…
Así que me pregunto: ¿Qué quiere el APRA que represente el Senado?
Es como si quisieran un Senado simplemente por tenerlo, por aferrarse a un elemento puramente estético (al eliminar su contenido) tradicionalmente defendido por el APRA, tras el abandono total de toda su (supuesta) vena de izquierdas.
Por cierto, el «Dictamen recaído en los Proyectos de Ley Nº 094/2006-CR; 589/2006-CR; 784/2006-CR y 1064/2006-CR, que propone reinstaurar el sistema bicameral en el Congreso de la República», de mayo de 2007, es bastante interesante, se los recomiendo (PDF). (Para completar los proyectos presentados, registrados y acumulados en ese proceso, está el 802/2007, de octubre -posterior al dictamen-, a iniciativa de Torres Caro, que propone un Senado de 60 personas, 20 de las cuales son elegidas por las «universidades», el resto por elección directa en distrito único.)
Excurso: No entiendo por qué se insiste tanto en la edad, que para ser senador se deba tener 35 años, y para ser diputado 25 (lo que no tiene sentido con la actual política de forzar jóvenes en la política). ¿De verdad alguien cree que la edad da más capacidad para estar en las cámaras que otros atributos?
Sí pues, primero deberían definir qué va a hacer el Senado y la cámara de diputados, y luego ver cómo se vota por ellos. Lo de representantes gremiales no estaría mal si fuera en un ámbito más operativo y ejecutivo que en uno general como el legislativo.