Ya ni siquiera van a su buscador preferido, sino a cualquiera de esos servicios, que hay a patadas, que ofrecen poder preguntar a una comunidad más o menos grande que encantada te da la respuesta que necesitas, contando los enlaces a trabajos ya hechos (que no usarán como «referencia», simplemente copiarán). No es que se copie más (no lo creo francamente), es que copiar ahora requiere menos esfuerzo (también detectar copias), tenemos mayor acceso a la información, pero no nos esforzamos para asimilarla (ni lo intentamos).
Esto es un poco momento abuelo Cebolleta, lo sé. Al lío, recuerdo que, antaño, cuando preguntaba a mis progenitores tal o cual cosa, lo primero que hacían era enviarme al libro de turno (sobre todo el diccionario, otras veces a alguna enciclopedia), querían que hiciera, al menos, el esfuerzo de «buscar» la información que necesitaba, si no la encontraba, o me ayudaban buscándola o me respondían directamente, pero rara era la vez que ante una pregunta cuya respuesta fuera «fácil» de encontrar (en mi caso, insisto, cómo se escribe tal o cual palabra, o qué significa), iba a obtener una respuesta directa.
Con el acceso a Internet la pregunta a los padres se volvió, para mucha gente, la pregunta a Google (o cualquier otro buscador). No pongo la búsqueda, no se equivoquen, escriben preguntas. Estoy asombrado por la cantidad de gente que llega a De Igual a igual o a mi bitácora con preguntas concretas, hasta con un número delante que muestra claramente que han copiado literalmente la pregunta que les hizo la profesora (en plan «2.- ¿Cuántos artículos tiene la Constitución Política del Perú?»), por no hablar de los que «hablan» con el buscador, incluso con exigencias («dime», «quiero saber», etcétera), que en realidad están introduciendo palabras claves que vician la búsqueda (porque Google no es WolframAlpha). En muchos casos esas preguntas tienen mejor y más fácil respuesta acudiendo a la fuente (me vale el ejemplo de los artículos de la CPP -búsqueda con la que recibimos bastantes visitas, sea dicho- es mucho más fácil encontrar respuesta a esa duda buscando en la propia constitución que «preguntándoselo» a Google, en el buscador puedes poner «Constitución Política del Perú», entrar a una web con el texto legal y revisar el número del último artículo, y sumarle posibles disposiciones adicionales, finales, derogatorias, transitorias y listo), pero eso exigiría un esfuerzo más (que es plantearse qué te están preguntando y cómo resolverlo, algo que va muy lejos)… No es que busquen la respuesta en Internet por medio de los buscadores (que para eso sirven), sino que le preguntan a los buscadores, que no es lo mismo…
Pero ya ni lo anterior es así, van bajando los que preguntan al buscador para preguntárselo a todo el mundo, y eso también es algo que veo en los accesos a De Igual a Igual (a esta bitácora no tanto la verdad, solo con artículos muy particulares), desde servicios que permiten plantear dudas para que otros usuarios las resuelven hay gente que lo plantea tal cual, «para un trabajo de clase necesito saber tal cosa», inmediatamente alguien le responde, aunque sea con un enlace al lugar de donde lo puede «copiar» (no ya resolver su duda, sino copiar la respuesta).
Ya ni siquiera buscan la respuesta, simplemente preguntan. Ya ni siquiera la copian a mano, sino que hacen un control ce control uve y santas pascuas. Ya ni siquiera hay esfuerzo para copiar. ¡Qué fácil es ir a la Wikipedia y hacer un corta-y-pega de un artículo completo! Es que ni siquiera le quitan el formato ni los enlaces, está puesto tal cual en el original (por no hablar de errores groseros, llevando a una clase de Derecho Civil español un comentario sobre el código civil mexicano creyendo que el texto habla sobre el español).
Pero lo que acá me preocupa, o quiero transmitirles, no es tanto el plagio como mal, sino la falta de esfuerzo. Como digo, me da igual que esa forma de buscar información sea para un trabajo que para despejar una duda, tenemos unas herramientas que estamos usando mal, o mejor dicho, que no estamos usando de la manera más adecuada para potenciar otras habilidades (buscar información no es fácil, y hay que «entrenarse» para ello), no estoy censurando el preguntar en Internet (por favor, nada parecido, cuando no consigues la información tras unos intentos de búsqueda, lo normal es preguntar, que para algo están los foros, lugares de comentarios, etcétera) sino el ir directamente a preguntar (esto en los foros de ayuda es una queja constante, incluso en muchos ponen un cartelito solicitando a quienes vayan a preguntar que, por favor, busquen un par de veces si lo que preguntan ya está resuelto, algo, por otro lado, habitual).
Así que no estamos aprendiendo a buscar información (elegir las palabras claves, navegar de página en página, no usar siempre buscadores generalistas sino tirar de buscadores de artículos científicos), no estamos aprendiendo a seleccionar la información (no la filtramos), nos estamos aborregando nosotros mismos, conformándonos con algo tan simple como el primer enlace que nos dé un desconocido sobre el tema que sea, hemos dado un paso más hacia la consecución de los objetivos sin esfuerzo ninguno…
Sé que sueno como un abuelo cascarrabias, de los que sueltan «en mis tiempos» o, lo que es casi peor, «lo que pasa es que ustedes no han vivido una guerra» y cosas así, pero es que aun tengo en la mente, y eso que pasó hace unos meses, las palabras de una prima que se ufanó de que ya ni siquiera buscar en Google, sino que si quería saber algo (para el colegio o lo que sea) lo preguntaba en Yahoo Answers y listo.
Por cierto, esto de preguntar sin buscar no es solo cosa de los estudiantes (de cualquier edad) sino también de sus progenitores, no son pocas las veces que hemos recibido, en De Igual a Igual, comentarios o mensajes al correo pidiendo información (copiando la pregunta de clase) diciendo que es para un trabajo de su crío…
(Excurso: Aunque el problema es distinto, y está vinculado más a un analfabetismo digital que a la ley del mínimo esfuerzo en la búsqueda de la información, no dejo de pensar en toda la gente que llega a De Igual a Igual para averiguar cómo saber si tienen multas por no votar, o que quieren reclamar sobre las mismas, y que se dirigen, por medio de los comentarios, al artículo de De Igual a Igual como si fueran la ONPE… ¡Y es una artículo que explica cómo usar la web de la ONPE! Solo estarían vinculados con esto los que nos daban su DNI para que les dijéramos si tenían multas, oiga, usted búsquelo… También pienso en los que solicitan darse de baja de un partido determinado en un artículo que habla sobre la constitucionalidad del registro de afiliados, como si se dirigieran al partido, pero otra vez, es un tema más educativo que de esfuerzo… Por no hablar ya de los que escriben quejándose que el artículo al que llegaron no era lo que buscaban, como si nosotros fuéramos responsables de salir en primera página en determinadas búsquedas, muchas de ellas muy mal planteadas -revisando las dos primeras páginas en Google, ninguna tenía «la respuesta» a la pregunta planteada, y todo por no saber usar el buscador-.)