A la vista de los datos de la Defensoría, pareciera que sí… Siempre es lo mismo. Unas protestas de lo que sea (como si es por la implantación de una granja de caracoles, casi que da igual el tema), no hacen caso a los manifestantes por nada hasta que estos se hartan y montan la de Dios es Cristo y no hay tutía que claudiquen hasta que llega el gobierno central (normalmente él y sólo él, el resto de autoridades normalmente dejan de existir por el camino, así como la estructura institucional en favor de «mesas de diálogo») y tras hechos de extrema (o no tanta) violencia se llega al diálogo, que hablando se entiende la gente. A buenas horas mangas verdes, y demasiada sangre derramada…