Hace unos días el presidente constitucional del Perú, Alan García Pérez, declaró que el Perú tenía que tomar como referencia el modelo de crecimiento de China, no el de países como Bolivia (esto sin decirlo a las claras, por supuesto, pero dejando bien claro a quién se refería). Me da miedo en pensar que el modelo de país que quiere nuestro liberal y liberalizador (por no hablar de otros aspectos menos legales del «Pensamiento García») sea el chino, y no solo por la falta de determinadas libertades (como la de prensa) del gigante asiático, sino básicamente teniendo en cuenta a qué precio se ha forjado el precio del tejido industrial de ese país, contando todo un sistema de dominación de semiesclavitud.