Yehude Simon vive en una realidad alternativa, donde el APRA es de izquierdas, él un revolucionario en un gobierno socialista y se cumplen los derechos humanos a rajatabla, además, se da la curiosa circunstancia de que el gobierno ha puesto todo de su parte para reparar a todas las víctimas del conflicto armado interno y evitar la impunidad de cualquier participante en delitos de todo tipo, sobre todo los de lesa humanidad; tienen especial celo en que los tribunales, contra el Derecho nacional e Internacional, no prescriban los casos contra altos dignatarios todo en pro de la justicia. Es la única explicación que encuentro para que Yehude El Traductor Simon haya declarado lo siguiente: «Se venía diciendo constantemente que en principio, ni el presidente de la República ni el Poder Ejecutivo dijeron no al museo (…) Hemos dicho siempre que eso pasa por la necesidad de una reconciliación, pero nadie dijo no«. Eso o el primer ministro es un cínico que miente más que habla.
Día: 30 de marzo de 2009
Contra las «marcas blancas», un berrinche
Si la gente quiere el producto X, y este existe en varios sabores (marcas), y una de ellas es más barata que el resto con, normalmente, una calidad o servicios extras algo inferiores (pero tiene una buena relación de calidad-precio), ¿por qué la persona decidiría en favor de una marca de renombre frente a la marca «blanca»? Normalmente por los extras, la confianza en lo conocido y, por supuesto, el estatus social que puede «transmitir» el uso de una determinada firma, pero en tiempos de vacas flacas eso ya se mira menos, y la marca blanca, que huye de ciertos intermediarios (son marcas que pertenecen al establecimiento que las vende, normalmente grandes superficies) permite disfrutar del producto sin gran dificultad.