Quienes están en la cabeza de las distintas administraciones deben ser, ante todo, buenos gestores de sus recursos humanos y ejecutores de los proyectos que inician. Durante todo el año pasado se han dado acusaciones de ida y vuelta entre la administración central y las regionales sobre mala ejecución del gasto programado, en ambos casos eran ciertas las denuncias realizadas pero en ninguno se realizaban críticas constructivas sobre cómo mejorar la gestión o el gasto, por no decir que nunca se tendió la mano para ayudar a la otra administración en la correcta ejecución del gasto, a ello hay que sumarle las indecibles irregularidades en la aplicación del gasto que pueden encontrar en el informe de la Contraloría (PDF).
Increíblemente, salvo Lima, son las corporaciones locales, esas que están más cerca del ciudadano y las que tienen que mendigar la plata al resto de administraciones superiores (llámese Gobierno Central, llámese Gobierno Regional) las que mejor han ejecutado el gasto programado, en un promedio del 70% de eficiencia.
Wilbert Rozas, coordinador de la Red de Municipalidades Rurales del Perú, afirmó:
«La Municipalidad de Lima Metropolitana dejó de invertir más de 360 millones, desperdiciando así más del 50% de su presupuesto en proyectos de inversión y sin embargo tenemos municipalidades que han desempeñado mejor esta tarea, como es el caso de Anta (Cusco) donde se ha ejecutado el 89,5% de lo presupuestado, de Castrovirreyna (Huancavelica) con 84,2%, de Abancay (Apurímac) con 89,7% y al municipio de Purus (Ucayali) con 97,5%.»
Faltaría saber qué tan bien se ejecutó ese gasto (porque tampoco es gastar por gastar para llegar al 100%) y qué tan eficiente fueron los programas ejecutados, para ver si estuvo realmente bien gastado el dinero, saber qué hay que corregir y qué deficiencias técnicas o efectos negativos han aparecido que puedan ser reparados, así como mejorar la gestión del dinero y ver si es posible hacer lo mismo gastando menos, esto es, gastando mejor.
Las palabras del coordinador de la Remurpe fueron especialmente críticas con el gobierno nacional, recordando además que a pesar de la «carencia de equipos técnicos de profesionales que puedan formular los proyectos y ejecutarlos adecuadamente» fueron las municipalidades las más eficientes según las propias cifras del Ministerio de Economía. Precisó además que la alta fragmentación de la inversión pública con lo que se pierde visión estratégica en cada inversión, además criticó las «trabas» que coloca el MEF para autorizar las obras (habría que saber a qué llama trabas, porque si se refiere a los controles mal andamos…).
Podríamos pensar que la cuestión está en otro lado, que al no tener casi recursos gastar el «casi nada» es más fácil que, por ejemplo, aplicar todo el presupuesto de Lima metropolitana, pero debemos recordar que tener pocos recursos significa hacer más con menos (¡intentarlo al menos!), y si se tienen más recursos (y personas a las que atender) también significa contar o poder contar con mejores equipos que planifiquen la ejecución de los proyectos presupuestados, lo malo es que de estos andamos escasos y es mejor tomarse una foto por vez ante las obras recién comenzadas o terminadas que comenzar a aplicar todo el presupuesto desde el primer día con un planeamiento a largo plazo (esto no vende ni compra votos).
Suelo señalar que a los políticos no hay que pedirles que sepan de todo, pero sí que sean buenos gestores, que sepan dirigir equipos humanos y de recursos ante todo, y al parecer nuestros políticos, tendentes a todólogos, no cumplen el requisito fundamental que es justamente el del buen gestor. O al menos contratar a uno.
Ojo: La ineficacia promedio de los gobiernos regionales no nos debe llevar a una relación directa entre el gobierno central y los locales, ello jugaría en contra de los locales cuyo tamaño es infinitamente menor que el central, lo que en toda negociación los coloca como la parte más que débil. Se debe trabajar en la dirección de la cooperación interadministrativa y mejora conjunta de la aplicación del gasto presupuestado, no hay nada más triste de ver que una administración que determina que necesita X para hacer el proyecto Y que beneficiará a su población y ello está planeado en medio año y que tras un año se haya gastado medio X y no se haya beneficiado a nadie. ¡Si tenemos los recursos debemos usarlos!