Cada vez estoy más seguro que se opina sin saber. Y no me refiero a que se opine desde el sentido común o la intuición (algo que todos hacemos, y que yo practico en esta bitácora de forma continua), ni siquiera hablo de un conocimiento limitado o mal manejo de información (en eso pecamos muchos) sino a la desinformación total al momento de verter una opinión, que lleva a una tergiversación total de la propia base que produce una opinión determinada (a veces parece intencionado, otras llevada por prejuicios y otras muchas por simple malinformación). El problema es que los informadores cada vez caen más en este «error», se informa de lo que no se sabe o simplemente se tiene conocimiento de oídas.