publicado originalmente en De Igual a Igual
Un delito por el que no será juzgado, un hecho que no debe repetirse.
El 5 de Abril de 1992, hace tan solo 16 años y bajo las palabras de «disolver, disolver, temporalmente el Congreso de la República» el por entonces presidente constitucional de la República del Perú, Alberto Fujimori, anunció a todos los peruanos que daba un golpe de Estado, contra su propio gobierno, para tomar, de esta forma, el absoluto control del Perú y poder quitarse el lastre de algunas instituciones que mal que bien seguían la lógica democrática, y para poder imponer una dictadura que pronto se vistió de Democracia, se dotó de una nueva Constitución y modificó al país todo lo que pudo, por medio de la cual el terror y el libre mercado (plagado de mercantilismo desestructurado) en su versión más populista y devoradora entraron juntas a un país en caos.
Dieciséis años han pasado. Ahora Fujimori está en la cárcel, respondiendo en juicios, bajo una ley que jamás respetó, por algunos de sus delitos, algunos realmente graves (como su participación al mando político del Destacamento o Grupo Colina, y por tanto, corresponsable de las matanzas que cometieron) y otros no tanto pero que al menos han servido para demostrar, por enésima vez, que Fujimori no está limpio de pecado alguno (él mismo reconoció su culpabilidad al ordenar el allanamiento ilegal de la morada de Trinidad Becerra, esposa del ex asesor y criminal Vladimiro Montesinos, con el fin de deshacerse de unos documentos y legajos supuestamente incriminatorios, que aún hoy no se han recuperado. Pero Fujimori, en el llamado megajuicio, no responderá por el autogolpe de Estado, no porque los servicios jurídicos peruanos consideren que no sea un flagrante delito levantar al ejército contra los peruanos, sino porque la insuficiente relación peruano-chilena no ha renovado correctamente los tipos delictivos por los que a una persona se le puede extraditar, así pues, levantarse contra todo un país no figura entre las causas posibles, por lo tanto, Fujimori no podrá ser juzgado por su primer gran delito contra todo el Perú y los peruanos.
Algunos de los miembros del gobierno constitucional, salido de las urnas de 1990, sí han sido condenados por revelarse contra las instituciones democráticas junto con el Ejército, traidor a su propia patria que tanto se llena la boca en defender, así pues, se ha condenado a aquellos ministros que continuaron en el gobierno tras el autogolpe, se les acusó de colaborar en el mismo, de dar un apoyo fáctico al mantenerse en el poder… ¡Y no podremos condenar al máximo responsable del golpe! Cuanta ironía está cargada en la realidad legal.
El autogolpe fue de todo menos sorpresivo para las fuerzas armadas del Perú, que consideran suyo el derecho inalienable de dar un golpe sobre la mesa, deshacer todo lo que los peruanos hacemos, y ponerse al mando del país cuando y como les plazca, luego dirán, como tantos otros que violentan nuestros derechos, que es por nuestro bien. Los militares contaban con el llamado Plan Verde, en el que se instauraba una dictadura militar «por lo bajo» con un gobierno civil títere que mantuviera la apariencia de democracia representativa, ya en 1989 estaban preparados para tomar el mando del país. Fujimori y Montesinos cambiaron un poco la idea de los militares, retocaron de hecho el plan y dejaron otro a cambio, un gobierno civil duro (que no fuerte) se haría cargo de las riendas del país y daría carta blanca a un ejército ávido de impunidad y poder, a la par que las principales medidas que los militares querían imponer estaban en el plan de gobierno de Fujimori, lo tendrían todo entre ellos, gobierno y militares trabajando una vez más a expensas de los ciudadanos, saltándose cualquier frase que lleve «derecho» dentro de sí. El gobierno de Fujimori fue bicéfalo, una parte civil, la representada únicamente por un presidente populista y fuerte, y otra cuasi militar, en donde un asesor del Servicio de Inteligencia, que realmente fungía de jefe máximo del organismo, dirigía toda la red militar y militarizada.
El autogolpe, que en principio no sería necesario porque los planes de gobierno del retocado Plan Verde se estaban llevando a cabo, se dio cuando Fujimori y los suyos vieron cómo el Congreso les derogaba una serie de Decretos Leyes que rompían con el plan trazado por el ejecutivo nacional, así pues, bajo la acusación de inútil, el gobierno se levantó contra sí mismo y arrasó con todo lo que oliera a oposición y democracia, contando la cúpula judicial, comprometida desde años atrás con al menos mantener un mínimo de legalidad de un país que sólo conocía los atropellos del poder.
Sobre el autogolpe del 5 de Abril de 1992, el Plan Verde y demás, pueden ver un extenso artículo publicado en De Igual a Igual al celebrarse los 15 años del mismo. Cito las consecuencias del autogolpe:
Ocho años de cuasidictadura, un régimen corrupto hasta la médula (o desde la médula), un despropósito de sistema militar que permitía la total impunidad de los miembros del ejército en incontables asesinatos, matanzas, un Congreso sin voz propia, un poder Judicial vendido, un Tribunal Constitucional de risa, un sistema que jamás se acercó a la democracia formal ni siquiera a un Estado de Derecho.
Sobre las consecuencias no me extenderé más, tan sólo recomendaré la lectura del Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, Tomo III, Capítulo II, páginas 83 y siguientes, en especial, los puntos “2.3.6. El Golpe del 5 de Abril: Medidas e Implicancias”, “2.3.7. La aprobación del golpe y la imagen de Sendero ganador”, “2.3.9. Casos de violación a los derechos humanos post golpe”, “2.3.10. Afirmando la impunidad” y “2.3.11. Las consecuencias del marco legal post golpe”, sin desmerecer, en ningún momento, todo el documento referido a la década de los noventa en el IFCVR.
Hace un año todos nos levantábamos deseosos mirando a Chile, esperando la extradición del ex presidente peruano, listos para la acusación por un golpe de Estado a quien fuera el máximo mandatario peruano durante una década, pero no puede ser, no pudo ser… Lamentablemente Fujimori no será juzgado por uno de sus delitos más claros, por esa gran cachetada dada a la democracia que le aupó al poder, por esa traición con todas las letras… Y lo peor es que los peruanos hemos olvidado el verdadero significado del golpe, y aún hoy, con todos los datos y la distancia que el tiempo nos ha dado, sigue existiendo un significativo apoyo a la figura del golpismo autoritario. Y contra eso debemos luchar, todos los días, todo el tiempo.
creo que no lo hizo muy bien el ex presidente fujimori de huir del pais hezo fue una trampa de fujimori pero no funciono sabes cual fue la brillante idea de fujimori que cuando si fue del pais toda la gente peruana eba protestar por el.
me parece mal
bueno mi comenterio es q hizo mal q al huir del pais
bueno los comentarios de sta bitacora son muy especificas, y mas q nada quisiera decir que el ex presidente tuvo su lado oscuro en su gobierno. fujimori es tan responsable de los delitos q cometio como las matansas q huvo en la cantuta y otros lares…osea pedir q se aga justicia en este pais «peru? es muy dificil… ¡ que es pudran en la carcel el expresidente fujimori y su compinche vladimiro montesinos!!!!!