Sin pies ni cabeza. Por un lado, Fujimori se atribuye a sí mismo todo el triunfo sobre el terrorismo en Perú, aunque todo sepamos que fueron los policías y no el ejército quien dio los golpes más duros a Sendero Luminoso, contando la captura de Abimael Guzmán, y que fueron los militares los más favorecidos por el fujimorismo, llevándose no sólo las medallas y el aplauso mediático, sino también la inmunidad en todos los actos excretables que realizaron a las órdenes de un ejecutivo que siguió aumentando el poder de los militares aunque el grueso de la guerra interna ya había pasado. Fujimori asegura que no supo de los Colina hasta 1993, y esto suena a total mentira (antes decía que no los conocía, luego que en vídeos del 93 se viera a Fujimori hablando de la gente del Destacamento Colina)