El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El pueblo no debe dejarse arrasar ni acribillar, pero tampoco puede humillarse. (…) Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano, tengo la certeza de que por lo menos será una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición
Últimas palabras de Salvador Allende
Cada uno tiene su propio significado, ambos desastrosos para quienes defendemos una vida sin dominación, alejada de los abusos constantes de Estados que se ponen muy por encima de nosotros, que deciden sobre nuestras vidas, sobre nuestros destinos, sobre todo lo bueno y malo que se supone existe, y que no dudan en matar a quien sea para conseguir unos objetivos que distan mucho de ser generales, pero todo por la patria y allá tú. El 11 de Septiembre reciente es el que todo mundo recuerda, y lo hace de la forma incorrecta, se recuerda, por supuesto, a las víctimas, y a la par se dice, qué malos que son los malos, qué buenos que son los buenos. Y ahí es cuando todos nos bajamos los pantalones para rendirnos ante la bondad de nuestros. Pero ya poco nos acordamos del 11 de septiembre de 1973.