Una izquierda que es derecha

Hace poco me preguntaron sobre el gobierno de Rodríguez Zapatero, ese extraño y sonriente personaje de la socialdemocracia europea que tuvo las narices de retirar las tropas de Iraq como agradecimiento a ese pueblo español que lo aupó como presidente del gobierno. La socialdemocracia erupea es cada vez más «la tercera vía» al estilo «laborista» inglés (¡si los fundadores lo vieran!), donde todo parece de izquierdas, pero en realidad, el gobierno sigue siendo el mercado, o mejor dicho, los mercaderes mayores del reino. Juan Torres López ha retratado muy bien la labor de este gobierno: «Con la mano izquierda diseña y ofrece políticas sociales que pretenden ser muy avanzadas y dirigidas a los más desfavorecidas, pero con la mano derecha de la economía favorece un reparto de la renta cada vez más beneficioso para las rentas del capital. El saldo evidente no puede ser más que el incremento de la desigualdad y ésta siempre termina con más malestar social.». Es progresista, por decirlo de alguna forma, en lo que da rédito rápido y electoral, y es reaccionaria en el resto de temas (aunque no lo pretenda), y es, ante todo, continuista con el proyecto económico de las legislaturas populares.

El Catedrático de Economía Aplicada, Juan Torres López, pone sobre la mesa un estudio de la Eurofound en el que queda patente no sólo lo poco que han subido las rentas de los más desfavorecidos (0.5% en el 2006), sino que encima lo hicieron por debajo de la media europea (0.8%), a la par que recuerda que este gobierno no ha hecho nada para paliar la destrucción sobre el estado del bienestar consolidada por el Partido Popular cuando gobernaba (o, por qué no decirlo, iniciada con el último gobierno de Felipe Gonzáles, del PSOE, en esa legislatura que tuvo que pactar con las derechas periféricas españolas).

Pero las políticas sociales que, continuamente, son restregadas por el gobierno para demostrar su aspecto social y progresista se ven anuladas, o al menos, limitadas, por todo un conjunto de políticas en lo económico y fiscal que, simplemente, nos dejan un gobierno asistencialista que sí quiere ampliar las libertades (en abstracto) a grupos marginados pero se olvida ayudar en la emancipación de los trabajadores, de la justicia social, de la igualdad, y de toda idea de progreso de la ciudadanía.

Así pues, Solbes (un hombre inteligente donde los haya, todo hay que decirlo) sirve como el Sancho del gobierno, para que no «haga demasiado», y se quede con políticas fiscales poco progresitas, acompañadas de unos presupuestos que buscan a rabiar acabar con números positivos para ser más papistas que el papa en una Unión Europea que penaliza (se supone, porque con Francia o Alemania la norma no se cumple) las deudas grandes. Estos dos puntos, acompañados de una política laboral patética, que precariza de por sí el empleo (la solución para la temporalidad, en vez de obligar a cumplir la legislación, pasó por facilitar el despido y dar subvenciones a los empresarios a cambio de contratos indefinidos en los que echar al trabajador era, es, un regalo) se ven maximizados en contra de las clases más desfavorecidas (donde un partido socialdemócrata debiera encontrar el principal sujeto de l as actuaciones del Estado).

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5 comentarios en «Una izquierda que es derecha»

  1. Por eso se ha optado por ser progresista en las cosas que «no cuestan dinero» como la ley de paridad, del matrimonio homosexual, que no son las clase de cosas que le importan a la mayoria sino lo tangible que comentas: la precariedad en el empleo y el problema de la vivienda… y por ahi..? bien gracias.

    Un punto de vista opuesto e interesante lo puedes ver en:
    http://spanish.martinvarsavsky.net/espaaa/el-milagro-econamico-de-espaaa.html

  2. Saludos

    Creo que la única ley social y cara (o sea, que sí signifique un verdadero desembolso económico para apaliar una situación discriminatoria) es la ley de dependencia, que a ver qué tal se aplica (demasiado nueva para valorarla). Fuera de esa, pocas.

    Hay problemas en que, por el reparto de competencias, el gobierno central poco puede hacer (salvo el ridículo), y uno de ellos es el de la vivienda (en donde, además, ha hecho el ridículo), y en los que sí debiera actuar, Solbes ha sido mucho solbes y se ha impuesto a cualquier tímido intento (tampoco es que el resto de Ministros hayan intentado aplicar una agenda realmente «socialista»).

    Sobre la entrada de Martin Varsavsky (un hombre capaz de vender humo y quedar bien con todos), es cierto que la renta media sube, pero no es menos cierto en que las diferencias sociales crecen más que la renta media, esto es, de nada sirve si la media es 10, cuando uno tiene 20 y el otro 0 (no es tampoco el caso de España, pero es para ilustrar estas «medias»). Y el español es quejica de bar, pero a la hora de la verdad, en el momento que debe gritar y pedir cambios, no lo hace (como un botón, no hay tantas denuncias en la Inspeción de Trabajo como se podría esperar por las condiciones de explotación en muchos lugares).

    Hasta luego y gracias por el comentario ;)

  3. Justo habia mandado el comentario y me di cuenta eso de la ley de dependencia como timido contraejemplo al progresismo sin gasto de ZP.

    En el IE me decian que lo de Solbes fue presion de Felipe Gonzalez, y vaya que ha aguantado todo este tiempo, el «tio Pedro» no cede…..

    Y si, lo de la estructura de autonomias (que no me gusta) facilita que no se pueda hacer planes integrales de alcance nacional, incluso con la ley de dependencia los catalanes alzaron la ceja y dijeron por un instante una de sus frases favoritas: «invasion de competencias».

    Ahora la pregunta que te hago, es porque necesariamente una politica progresista tiene que incurrir necesariamente en deficit?, y no valen los contraejemplos de Alemania y Francia.

    Espero que le hayas dejado tu comentario a Varsavasky pues su blog tiene mas trafico que el tuyo y el mio juntos multiplicados varias veces… jeje.

  4. Saludos

    Obviamente no es necesario, ni hacer una política conservadora implica superávit (sino el ejemplo de EUA se cae por su peso), hay que ver en qué se gasta y cuál es la política fiscal para definir el «área económica» del Estado como de derechas o izquierdas; y hay que ver cómo están las regularizaciones de los mercados (contando el laboral) para hablar en conjunto.

    Ahora, lo que no se puede es continuar con los mismos gastos que antes (con los del anterior gobierno, de derechas) y seguir ahorrando y decir que se está aplicando políticas sociales (como cuando Rodríguez Zapatero dijo que con él jamás habría superávit en la seguridad social -puesto que todo lo extra serviría para mejorar las pensiones- y en su primer año salió triunfante hablando del superávit). La cosa no es gastar por gastar (de poco nos sirve si el gobierno central se gasta el 10% del presupuesto en, por ejemplo, poner estatuas en todas las carreteras, y que se endeude con eso). Pero es mal síntoma cuando un gobierno se dedica a «no gastar-no intervenir-no distribuir» y se coloque el cartelito de «izquierda». La política fiscal (estoy pensando, por ejemplo, en el continuo aumento de los impuestos indirectos y la bajada de los directos, sobre todo para las rentas altas) no es de izquierdas. Y la política de gasto casi casi es de supervivencia del Estado.

    Sobre las competencias, es increíble la cantidad de casos que termina viendo el TC por «me pisas las competencias» (del Estado con las CA y las CA entre ellas), aunque sólo las acusaciones de algunas comunidades tienen trascendencia. Y bueno, a veces es «gordo» el resultado de la queja (como en la ley del suelo del PP, que el TC se la tiró todita y tuvo que hacer una completamente insustancial).

    No dejé comentario, porque no terminé de leerme los comentarios que por ahí pululaban (hartos también).

    Hasta Luego ;)

    PD: Que conste que a Solbes le tengo cierta admiración, ha propulsado leyes que han marcado tendencia en la UE y han llegado a ser aplaudidas por la doctrina por lo «pulidas» (técnicamente hablando, ya que su filosofía no comparto).

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