Hace poco me preguntaron sobre el gobierno de Rodríguez Zapatero, ese extraño y sonriente personaje de la socialdemocracia europea que tuvo las narices de retirar las tropas de Iraq como agradecimiento a ese pueblo español que lo aupó como presidente del gobierno. La socialdemocracia erupea es cada vez más «la tercera vía» al estilo «laborista» inglés (¡si los fundadores lo vieran!), donde todo parece de izquierdas, pero en realidad, el gobierno sigue siendo el mercado, o mejor dicho, los mercaderes mayores del reino. Juan Torres López ha retratado muy bien la labor de este gobierno: «Con la mano izquierda diseña y ofrece políticas sociales que pretenden ser muy avanzadas y dirigidas a los más desfavorecidas, pero con la mano derecha de la economía favorece un reparto de la renta cada vez más beneficioso para las rentas del capital. El saldo evidente no puede ser más que el incremento de la desigualdad y ésta siempre termina con más malestar social.». Es progresista, por decirlo de alguna forma, en lo que da rédito rápido y electoral, y es reaccionaria en el resto de temas (aunque no lo pretenda), y es, ante todo, continuista con el proyecto económico de las legislaturas populares.