Los hechos imputados son una matanza de chiitas en 1983 (cuando la administración de Saddam contaba con el visto bueno de países como Francia o Estados Unidos, y que en ese momento no consideraron importante dicha matanza). Esos chiitas fueron ejecutados tras un juicio sumarísimo en que se les acusaba de intentar matar al líder del país, esto es, a Saddam Husein. Vamos, se podría decir que a Saddam se le condena por un venganza sumaria contra una serie de enemigos…
¿Alguna vez veremos condenas sobre Bush por sus invasiones tras "juicios sumarios" a dos países? Bien, quitemos Afganistán (por una vergonzosa resolución que le daba carta blanca a EUA para entrar a saco en dicho país), pero contemos Iraq, más aún, tras la ejecución de la sentencia -el final de la invasión- se descubrió que los débiles indicios para justificar la sentencia eran falsos, y el "tribunal" -el gobierno de EUA- no rectificó para cambiar la sentencia, lo que sería menester al descubrir la falsedad o inexistencia de las pruebas condenatorias.
¿Alguna vez veremos juzgado y condenado (en su caso) a Alan García por hechos como los del Frontón? ¿A Fujimori por riadas de situaciones similares? ¿A todos los mandos altos e intermedios que tenían conocimiento de las perpetraciones de derechos humanos en nuestro Perú y que, incluso, las alentaban? En todo caso, que pase en juicios limpios y transparentes…
Volvamos a la noticia, que me salgo del tema. Saddam Husein había pedido que si le condenaban a la pena capital, que le ejecutara un pelotón de fusilamiento. El tribunal ha desoído un deseo que podrían haber cumplido con facilidad para mandar la muerte en una horca que, gente como Husein, la ven deshonrosa. Me parece una tontería, muerte es muerte, y no existe una muerte con dignidad, siempre es igual de desagradable e inútil. Como ya he dicho alguna vez, estoy en contra de la pena de muerte, así que estoy en contra de la pena impuesta a Saddam Husein.
La lectura de la sentencia no ha sido tranquila, Saddam interrumpía a cada rato la lectura gritando cosas contra el tribunal, sus enemigos y demás, y a favor de su nación, pueblo, y similares, incluyendo la reiteración del lema nacional iraquí (Allahu Akbar o, dicho en castellano, Alá es Grande). No le dejaron escuchar la sentencia sentado y su abogado fue expulsado de la sala… Nada inesperado, de todas formas.
En fin, veremos cómo se desarrolla la apelación (porque tendrán que otorgarle ese derecho) y cómo todo esto forma parte de la crónica de una condena a muerte anunciada, y una humillación pública agregada.