Elecciones en Brasil. Al 68.40% escrutado.

No podía dejar pasar la oportunidad de hablar sobre las elecciones de nuestro gran vecino, país que hasta hace no mucho vivió mirando a Europa (¿o lamiéndose sus propias heridas? lo que sea) y dándonos la espalda al resto, y que poco a poco se ha metido de lleno en la cultura latinoamericana. El Tribunal Superior Electoral informó, con el 68.40% escrutado, que el actual presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva roza el 50% que le permitiría evitar la segunda vuelta, se mantiene con un altísimo 48.97%.

 

Detrás de él, nada lejos la verdad, se encuentra el socialdemócrata (esto hay que cogerlo con pinzas… realmente, en los tiempos que corren, cualquiera se cuelga ese cartelito, ya sólo por moda) Geraldo Alckmin con un importante 41.26% de los votos. Por su parte, Heloísa Helena del Frente de Izquierda (expulsada en el 2003 del Partido de los Trabajadores -sí, el partido de Lula-) tiene un bajo 6.64% de los votos, que bueno, no están mal, pero queda muy lejos de lo deseable.

En estas elecciones Lula no tenía rivales, realmente se lleva de calle la victoria aunque no como la vez anterior, que simplemente arrasó en las urnas. Pero tras la lentitud en las reformas y avances sociales, el sometimiento a la economía capitalista, el cambio del discurso y los grandes escándalos de corrupción, sumado a la importante escisión de gente como Heloísa Helena (hubo ciertas tensiones ideológicas dentro del partido de Lula) han "rebajado" o "dividido" el voto para el aún muy popular presidente brasileño. Todo ello no le costará la presidencia, pero sí puede obligarle a una segunda vuelta que seguramente ganará sin mayor complicación.

¿Sólo eran unas elecciones presidenciales? Pues no. Citando a El Comercio: "también se definirá una nueva configuración para el Congreso, donde se renovarán todas las 513 bancas de la Cámara de Diputados, 27 de las 81 del Senado, y se elegirán 27 gobernadores y 1.059 legisladores estatales", supongo que como en la mayoría de países, el voto para presidente es similar al voto para los parlamentos.

Ya para terminar con esta "no llega ni a crónica" de las elecciones de Brasil, cabe decir que en el gigante suramericano pasa lo mismo que en otros tantos países de nuestra órbita, votar no es un derecho, es una obligación. Desde acá les vuelvo a recordar la necesidad de que en un sistema que pretenda ser democrático (los nuestros están lejos de serlo) el voto como derecho es una necesidad, el que sea obligatorio es una coacción sin sentido. De este tema ya he hablado bastantes veces, y ahora sólo lo recuerdo para que vean que no en todos los sentidos nuestros compañeros de subcontinente, tantas veces campeones de la Copa del Mundo de Fútbol, están igual de fregados que nosotros. Recuérdenlo: Campaña por el voto voluntario.

Y ya más fuera de tema que el anterior párrafo, una disertación de esas que no suelen venir a cuento y que realmente no son lo que se supone: Tarde o temprano terminaré montando la categoría de "Elecciones", o algo así. No sé por qué me resultan tan interesante, en más del 90% de los casos no representan ningún cambio, y aún así son "emocionantes". ¿Es como ser aficionado a algún deporte? Porque programitas como el del sistema D'Hont y el uso que les he dado demuestran un gustillo casi insano sobre esto llamado sistema electoral, que en cada casa es hija de su padre y de su madre, pero los resultados suelen ser la mar de parecidos.