Aunque en Chile (que el año pasado recién comenzaron la tipificación de los delitos de Lesa Humanidad y Genocidio, si no recuerdo mal) no prosperará dicha querella, están bastante "atrasados" en este aspecto (tienen un código penal predemocrático), y aún su Corte Suprema niega su competencia para conocer de los delitos cometidos por extranjeros en otros países, con lo cual el caso de García ni tocarlo (y si le sumamos la "buena relación" entre la mandataria chilena y el próximo presidente peruano, menos).
En fin, que está bien que se siga recordando lo pasado, que se exijan las responsabilidades del caso, porque ser presidente otra vez no le absuelve de lo hecho, al igual que todo lo pasado en el primer lustro de la década de los 90 no fue borrado por la reelección de Fujimori como presidente, esto no le absolvió, ni la aprobación de una nueva constitución supone que el delito de Sedición cometido quede borrado (incluso, en la nueva se sigue recogiendo). En fin, nada de borrón y cuenta nueva. Que los hechos son más que graves.
Retomando el tema, Alan García no se quedó callado (nunca se queda callado, hablará bien, pero el candidato electo no sabe cuando mantener esa boca cerrada, ahora envalentonado por el triunfo electoral conseguido en las últimas elecciones generales), respondió algo que nada tenía que ver con las acusaciones, sino que decidió ir contra los activistas de derechos Humanos, "Están muy mal informados porque tienen todavía el entrampe ideológico y el deseo de ver que todo hombre socialista moderno y que no responde a sus ideas totalmente colectivistas o estatistas, tiene que ser molestado. Pero yo los comprendo, son siempre una pequeña minoría".
Señor García, la información no depende de la ideología que se tenga (más aún, seguramente se han basado en el informe final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación para tener mayor sustento en los hechos por los que se interpone la querella). De todas formas, lo que el virtual presidente peruano dice no es realmente una respuesta a las acusaciones, sino una salida por la tangente de las de toda la vida. ¿Qué tiene que ver el estatismo o la ideología en querer negar unas matanzas, torturas y desapariciones? ¿Qué tiene esto que ver con la posturita socialdemócrata de la tercera vía que ahora defiende?
Demonios, al más puro estilo de la derecha clásica, "es que estos son rojos", y con esto soluciona toda acusación o problema con un grupo de defensa de Derechos Humanos.
En fin Señor García, para decir eso, mejor se queda callado.
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