Uno de los «mitos» del Partido Republicano estadounidense es que ellos manejan mejor las finanzas (gracias a su apego a una serie de posturas «liberales»), aunque todos sabemos que las crisis económicas les pegan tan fuerte como a sus contrarios políticos (porque «ideológicos» no lo son tanto), ya sea si miramos al gobierno de Bush actual o a California, donde por un lado tenemos una actual mayoría parlamentaria demócrata y por otro a un gobernador de cine.
La California del gobernador Arnold Schwarzenegger está al borde de la quiebra, de esa pública, en que ya se está considerando el uso de pagarés, en otras palabras, la situación es verdaderamente crítica (al punto que el gobernador ha atacado a Demócratas y Republicanos por igual).
Ahora bien, Schwarzenegger no está por la labor de negociar nada, por más que él afirme que hay que «negociar y recortar», por una parte, utiliza su poder como gobernador para vetar los presupuestos salidos del legislativo californiano (aunque en los mismos se conseguía reducir el déficit en 18 mil millones) y por otra, es que sus recortes van dirigidos hacia los sueldos de sus trabajadores públicos y servicios básicos como es la educación. Es que no se puede recortar en cualquier lugar, y caballero si se tienen que aumentar algunos impuestos (en parte el amplio déficit presupuestario, ese de casi 42 mil millones de dólares, viene de la irresponsable política fiscal del conocido actor).
El gobernador, mediante un decretazo, ya ha recortado la actividad pública en dos días al mes, esto significa que dos viernes, el primero y el tercero, de cada mes los trabajadores públicos de oficinas que no sean de emergencia, hospitales, celadores de cárceles estatales y algunos más servicios básicos y del legislativo, el resto no trabajarán ni, claro, cobrarán. Esta medida afecta a 238 mil trabajadores y perjudica, según dicen, a los salarios en un 10%. Con ello el Estado, en 18 meses, espera ahorrarse mil trescientos millones de dólares. Por supuesto los trabajadores ya han puesto el grito en el cielo, y piden al Tribunal Superior de Justicia de California una orden de restricción a la medida ejecutiva del gobierno estatal (la vista está fijada para el 29 de enero, la medida entraría en vigor el 1 de febrero si no se restringiera).
Pero el gobernador se está metiendo en guerras que tal vez no pueda ganar, y arremete, conferencia de prensa mediante, contra el cobro de horas extra, días de enfermedad y días festivos, y de paso pone en peligro algunos programas sociales que resultan indispensables en un país sin una verdadera seguridad social, así pues, el ataque que hace al programa CalWorks resulta para muchos simplemente intolerable (sobre todo para sindicatos y organizaciones sociales), además que la mira está puesta sobre varios programas sociales. Jim Herron Zamora, del no tan internacional SEIU, afirma que estos recortes no tienen nada que ver con la crisis financiera del Estado, sino con los deseos del gobernador de incrementar su poder personal. Por otra, el gobernador debe entender que si se trabajan horas extras estas deben pagarse, y eso no es ningún abuso (¡faltaría más!).
Contra las clases
Lo que realmente me ha llevado a iniciar esta entrada es la noticia sobre el recorte de cinco días de escuela para ahorrar mil cien millones al erario. Obviamente son cinco días de sueldo menos para los profesores y el resto de personal de las escuelas públicas, acá la queja es doble, por un lado la falta de tiempo para completar el temario que se debe dar a los alumnos y por otro, otra vez, el recorte salarial que iría en contra de los acuerdos con los docentes. Desde los distritos escolares, además, se quejan de que ellos están sufriendo constantemente recortes que ya les hacen muy difícil el organizar los recursos para dar el servicio, como para ahora sumarle el problema de renegociar además de que les acortan el tiempo de clases, sin más razón que la económica.
Rubén Moreno recoge en La Opinión lo siguiente:
«Tengo mis dudas de si esa propuesta sería legal y lo que pasaría si se les reduce el sueldo de cinco días a los maestros», dijo por su parte Denise Menchaca, miembro de la Junta de Educación del Distrito Escolar Unificado de San Gabriel, donde asisten 5,500 niños. «Esto no es como apagar la computadora y volverla a encender».
Este distrito, con un presupuesto de 43 millones de dólares, ya ha tenido que recortar 1.5 millones en lo que va del año escolar, y podría tener que reducir la misma cantidad durante los próximos seis meses.
«Esto es devastador. Ya hemos tenido que aumentar el número de estudiantes por salón y nos veremos forzados a realizar despidos, que es lo último que queríamos», agregó, Scott Svonkin, también miembro de la junta, señalando que algunas clases pasarían de 20 a 40 alumnos por maestro.
Dudo mucho que estas críticas u otras similares afecten al actual gobernador, él, se ve, no cree en la educación pública, y la mayoría (¿todos?) de los políticos de su partido y del principal de la oposición (mayoría en su parlamento) solo ven las escuelas públicas cuando hacen campaña electoral (cabe recordar, como hacen en La Opinión, que el sistema educativo ya ha recibido dos mil cien millones de dólares menos de lo garantizado en la Proposición 98 de 1988 -en Febrero de 2008 se votó la Proposición 92 que pretendía modificar la 98 del 88, pero salió «no»-).
Por supuesto que tener 175 días en vez de 180 podría ser un tema menor, si estuviera planteado desde una evaluación pedagógica y se considerara que mejor 175 que 180, pero el planteamiento es «vamos a recortar donde no nos afecte», claro que el «nos» viene determinado por el minientorno del gobernador de California y no por los millones de estudiantes en los primeros ciclos (primaria y secundaria) en las escuelas e institutos de titularidad pública o comunitaria, y ojo que según cómo sea el recorte final en California, dicho estado se podría volver el último puesto en gasto por alumno en todo Estados Unidos y se vería obligado a recurrir a la masificación de las clases (hasta 40 por profesor, antipedagógico totalmente).
En todo el mundo las crisis las pagamos los mismos
Arnold Schwarzenegger sigue insistiendo en que sus recortes van encaminados a que los ciudadanos no paguen mediante impuestos la crisis financiera del Estado, pero a este loable intento de modificar la realidad hay que recordarle dos cosas básicas:
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Los impuestos pueden ser progresivos, así pues, la gente pagará según su poder contributivo;
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El recortar el dinero a los asalariados (aunque sean los suyos) ataca de forma directa a la parte débil de la pirámide económica, y no redistribuye el costo del déficit entre los ciudadanos según sus posibilidades (un impuesto bien ejecutado) sino que pone el peso en un recorte salarial sin más que, además, perjudica la prestación de servicios públicos a la ciudadanía (por no hablar del detalle de que los empleados del parlamento no se ven afectados por esta medida);
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La eliminación o reducción de programas sociales hace que quien menos tiene más pague en la crisis, eso sí, los más ricos seguirán con impuestos bajos para que los «ciudadanos no paguen la crisis», ¿los receptores de ayudas no son ciudadanos acaso?;
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La educación pública es un valor que hay que potenciar, no atacar, otra vez tenemos que los ciudadanos pagarán los platos rotos del poder político-económico (los futuros votantes pagando el desastre de los actuales votantes, el colmo de los colmos).
Espero que, por el bien de los californianos, logren salir rápido del tremendo bache económico en el que están metidos, y que las medidas para salir de ese problema no sean tan contrarias a los trabajadores y, sobre todo, a la educación pública (la verdad es que resulta mucho más preocupante el tema de los presupuestos escolares que el de los viernes que se dejarán de cobrar).
No te sorprendas, en realidad Arnold esta siendo fiel a sus raices y sigue las recomendaciones de la escuela austriaca que considera que el dinero mejor esta en los bolsillos del contribuyente que en el gobierno.
Es que en realidad, a ti te importa, pero a la gente que vota (que no es toda la poblacion californiana o useña) mas le importa que no les toquen el bolsillo.
Salud
JAJAJA, y tiene razón ;)
Yap, como sea, pero ha quedado como un mal gestor. O sea, no es que California tenga un pequeño agujero presupuestario, ni que sea un Estado pobre (tiene algunas de las industrias más boyantes y que más valor añadido dan, hablo del cine y la producción tecnológica)… Y eso que en porcentaje sobre el PIB sigue siendo de los más altos del país en cuanto a carga fiscal…
En fin, lo de siempre, muchos ricos que pagan poco y el resto de no-ricos que no tienen para pagar nada ni pueden hacer nada ante la retirada de lo poco que recibían…
Hasta luego ;)