Para unos, una muestra de que Irán miente, para otros, la prueba definitiva de los fines pacíficos de Irán con respecto al plan nuclear de dicho país. La Agencia Internacional para la Energía Atómica (AIEA) ha conseguido que un escueto informe sea interpretado de formas diametralmente distintas o que, al menos, fuentes «no identificadas» de la ONU aseguren que Irán cuenta con tecnología más moderna y apropiada para enriquecer uranio más rápido que la recogida por el informe. Al menos eso lo dejan «quieren dejar claro» en medios como La Razón, que hace un popurrí con la información de las Agencias.
Para otros medios, como Pueblo en Línea, aseguran que este informe asegura que imponer nuevas sanciones al país islámico sobre la base de su desafío a la comunidad internacional por medio del desarrollo de un programa nuclear con fines militares es «equivocado». Saeed Jalili, jefe negociador nuclear de Irán, asegura que las bases que tendría el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para imponer sanciones a su país ya no existían, mientras aseguró que la cooperación entre la república islámica y la AIEA se ha reforzado y ha cumplido su promesa.
Cabe indicar que esa cooperación fue forzada por la comunidad internacional (mejor dicho, por el Consejo de Seguridad), y el informe sí contiene alguna reserva sobre el actual conocimiento del desarrollo nuclear iraní, esto es, el mentado informe afirma que las respuestas de Irán son sinceras y que hasta ahora está desarrollando un programa nuclear pacífico, pero que desde el 2006 la información aportada por los fanáticos de Irán va menguando. Eso sí, fuentes, siempre esas fuentes indeterminadas, de la ONU aseguran que las centrifugadoras de Irán (las tres mil registradas por la AIEA) están diseñadas para producir «uranio poco enriquecido», esto es, uranio para centrales nucleares de toda la vida. Y dichas centrifugadoras «están funcionando a un ritmo lento».
El informe lo que sí hace es pedir a Irán que se sume al Protocolo Adicional del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (tal vez uno de los documentos más importantes e inútiles del Derecho Internacional) para que así la Agencia de la ONU tenga acceso sin previo aviso a las instalaciones nucleares del país del oriente próximo.
Estados Unidos, erre con erre, insiste en las sanciones por parte del Consejo de Seguridad, y se reunirá con los países con veto (el resto en el Consejo casi no importan, hay que cambiar ese sistema para ayer) y con Alemania para valorar el Informe. Aunque desde Washington ya se ha valorado dicho informe para asegurar la necesidad de más sanciones. Eso sí, el grupito con veto más Alemania «han ofrecido a Teherán un importante paquete de ventajas económicas, que incluye tecnología nuclear de punta de uso civil, a cambio de que interrumpa sus actividades de enriquecimiento de uranio», en otras palabras, pretenden controlar el flujo de la materia prima para la energía nuclear del país asiático e impedir su independencia energética de esta manera, con el fin de evitar que haya otro país más con armas nucleares.
¿Se han fijado que los cinco países signatarios del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (que se incumple a más no poder) tienen armas nucleares? ¿Se han fijado que dos (y si creemos lo de Israel, tres) de los vecinos «nada pacíficos» de Irán tienen armas nucleares y no son firmantes de dicho tratado? ¿Estados Unidos tiene autoridad moral para pedir sanciones sobre otro país por querer tener armas nucleares? ¿Quiere Irán armas nucleares realmente? O lo que es más importante en realidad: ¿Según todos los indicios actuales, puede tener armas nucleares?
Según el acto de fe que hagamos deberemos creer o a la AIEA o a Estados Unidos, y la última vez que desafió, el guerrero país de América del Norte, a informes de la ONU se equivocó de lleno. Recordemos un poco qué pasó con Iraq, cómo fue todo antes de la guerra, cómo el Consejo de Seguridad negó imponer una sanción a un país que no quedó claro si tenía armas de destrucción masiva (según los informes, no las tenía, según Estados Unidos, la información del informe era incompleta e Iraq sí las tenía). Cuatro años de guerra después, Estados Unidos terminó reconociendo que Iraq no tenía armas de destrucción masiva y como ya no podía retrotraer las cosas al punto anterior de la guerra (tampoco lo querían, claro), continúa con la misma.
Muchos creemos que fue una simple excusa para eliminar a un enemigo molesto y tener un control sobre una zona productora de petróleo y geopolíticamente importante por su ubicación e influencia. Irán es tres cuartos de lo mismo, tal vez más importante a la vez que más peligroso para los intereses estadounidenses e israelíes. Tampoco hay que olvidar qué régimen existe en Irán, completamente irrespetuoso con cualquier convención de Derechos Humanos, pero no podemos apoyar una guerra contra los regímenes enemigos cada vez que a Estados Unidos le dé la gana de categorizar uno así, ya que históricamente hablando (y actualmente existentes) hay otros países «peores» y que el gran capital ha apoyado. Por no decir que el régimen republicano en Irán existe y al menos hay elecciones (no como en Arabia Saudí, gran amigo de occidente y uno de los países que más se ciscan en los derechos de sus pobladores -aunque en el 2005 tuvieron sus primeras elecciones municipales, con todas las reservas ante un país aún feudal sobre la «ratificación popular de los caciques» que representaron en forma electoral-), es cierto que suelen ser un poco «pantomima» y que el actual presidente es un aprendiz de dictador, pero lamentablemente la mitad de los países del mundo tienen presidentes que desearían ser dictadores.
Me salgo del tema, así que vuelvo a las preguntas; ¿Vamos a vivir otra guerra basada en la negativa de Estados Unidos en confiar en los informes de las agencias de la ONU? ¿Qué pasará si el gobierno de Bush vuelve a equivocarse (no capturó a Ben Laden en Afganistán, no encontró armas de destrucción masiva en Iraq)? ¿Deberemos atacar a Estados Unidos por iniciar guerras en contra de la ONU (la de Iraq, ya que la de Afganistán sí fue autorizada)? ¿Tendremos que instar al Consejo de Seguridad a que sancione a Estados Unidos por belicoso (no sólo es quien más habla de guerras y sanciones, sino quien más las impone unilateralmente y desconoce los dictámenes o del Consejo o de la Asamblea, un buen caso es el de Cuba)? ¿Es aceptable permitir el desarrollo nuclear de Irán con el peligro que puede suponer? ¿Y qué hacemos con India y Pakistán (dos países con armas nucleares que están al borde de la guerra entre sí)? ¿Es Irán como Corea del Norte en este tema? Recordemos que Corea del Norte anunció que quería bombas atómicas, no energía nuclear como tal, y que es un país autártico que vive la fantasía de que su líder es casi un dios comunista que debe defender a Corea de todo el mundo y se dedica más a hacer armas (y comprarlas) que a dar de comer a su empobrecida población. Mal que bien, Irán sí vive interconectado económicamente con todo el mundo, es un país de la OPEP al que no le conviene realmente tener armas nucleares en este momento si le puede suponer sanciones o pérdida de mercados.
Más preguntas que respuestas, más incertidumbre que certeza, más miedo ante una nueva guerra que paz por la posible democratización de Irán…
Un comentario en «El día y la noche del informe de la AIEA sobre Irán»