Las primarias de Estados Unidos son casi más interesantes que las presidenciales, y no lo digo en broma, en tanto que hay más «opciones» y que permiten ver funcionar lo único potable de su sistema electoral, que es la elección directa de los candidatos. En Iowa la sorpresa saltó, no tanto por el triunfo del mestizo Barack Obama entre los electores demócratas, sino por el tercer lugar de Hillary Clinton (que estaba media empatada con el candidato mestizo), desplazada por un candidato que sí tenía un programa real al comenzar todo el juego electoral, John Edwards, quien fuera candidato a vicepresidente con John Kerry en el 2004.