La Espada de Damocles sobre el Congreso se llama «disolución del parlamento», figura constitucional pensada para salir de un bache en el cual el parlamento bloquea la actividad del Gobierno censurando o negando la confianza a dos consejos de Ministros (según recoge la Constitución Política del Perú de 1993 en su artículo 134). Ni por más ni por menos es otorgada dicha facultad al ejecutivo.