El policía de los Inmigrantes Corbacho, también conocido como Ministro de Trabajo e Inmigración realizó, hace unos pocos días (¿tres? ¿dos?) un anuncio la mar de grave: Se limitaban las contrataciones en origen. Y salvo el PP en un primer momento (que acogió con alegría la medida pidiendo más mano dura, cambiando de tercio rápidamente por boca de otro de los jefes y hasta salió Rajoy para decir «que no leñes, que lo de Corbacho era una barbaridad») el resto de agentes sociales saltaron al cuello del gobierno. Y todos con razón. Todos por sus razones. Al final el gobierno reculó de mala manera, con la vicepresidenta cambiado los cuartos en vez de Corbacho (que espero tenga sus días contados en el Ministerio) y demostrando que este gobierno o no sabe lo que hace o hace lo que no sabe, la cosa es que «no se aclara«.