España está que arde, y no me refiero a los incendios que azotan este país -y hasta siento el chiste malo en un tema sensible-, sino más bien al calor… Pero el calor, lo que se dice calor, no es igual en el norte castellano que en el sur andaluz, no es lo mismo estar en Sevilla bajo el cruel sol y sus cuarenta grados en la sombra que en Bilbao con la sombra lluviosa y refrescante de casi cualquier día…