El contexto lo es todo (bueno, tampoco, pero es importante)

Hace unos días, en un pódcast con un presentador de extrema derecha, una serie de feministas cuestionaban la forma en que el presentador repetía como loro una serie de frases, algunas de las cuales ni siquiera eran textuales (pero eso es lo secundario), para atacar al feminismo. Lo cierto es que él ponía el énfasis en darle una relevancia y un sentido a unas frases que en realidad tenían otro sentido y otra relevancia. Las feministas presentes en la mesa y alguna otra persona más le llamaron la atención en que tenía que contextualizar las frases. Y él insistió en que no era necesario (con un lenguaje bastante soez, pero ese es otro tema), en que el contexto no importaba. Pero el contexto es clave, y así se lo decía el resto de presentes, no es lo mismo decir el matrimonio es una imposición a la mujer en una sociedad del siglo XIX, donde el matrimonio, literalmente era una imposición y la mujer tenía que aceptar una serie de cosas que la llevaban a la sumisión plena, perdiendo derechos civiles y políticos por el mero hecho de estar casada, que hablar de matrimonio en una sociedad donde se respetan los derechos, incluso dentro del matrimonio. Aún así, la institución del matrimonio se sigue pudiendo cuestionar por el machismo inherente o el patriarcado que la cruza una sociedad que se supone es igualitaria, pero ese es otro tema.

Lo cierto es que la palabra matrimonio ha cambiado entre el siglo XIX y la actualidad. La institución del matrimonio ha cambiado bastante (y ya no tiene el significado de antaño en muchas sociedades). Por tanto, el contexto es clave para entender la crítica hacia el matrimonio realizada por una persona concreta en un momento histórico determinado y una sociedad con una serie de valores.

Esto es un ejemplo tonto, pero así funciona muchas veces la descontextualización de frases de tal o cual personalidad política o lo que sea. Esto nos pasa también, por ejemplo, con esa ristra de gente que ahora insiste una y otra vez que el nacionalsocialismo es de izquierdas porque viene la palabra «socialista» y porque en una placa conmemorativa se recoge una frase que en algún momento pronunció Hitler que habla de «nosotros somos socialistas». Pero es que hay que entender el contexto de cómo surge el nacionalsocialismo, de dónde viene y por qué utilizan la palabra «socialismo» cuando ellos mismos, en todo el resto de sus documentos, doctrinas y demás, atacan al socialismo y hablan de que son la «tercera vía». En otras palabras, no se puede acusar a la izquierda de tener en su seno al nazismo porque es «socialista», como hace esa gente. Se niega no solo el contexto de la frase, si no que el propio nacionalsocialismo se reclamaba como algo distinto a la izquierda y no se considera izquierda y nadie lo consideraba izquierda… de hecho, hasta hace unos pocos años, absolutamente nadie decía que los nazis eran de izquierda. No vas a encontrar nunca un nazi diciendo que es de izquierda, jamás. Pero lo que importa aquí es descontextualizar una frase de Hitler para atacar a la izquierda.

También podemos ver como el contexto es importante en el sentido contrario. Así pues, tenemos un político diciendo «este señor era un buen hombre», «este señor quería su mujer». En principio, puede parecer que son frases propias de un funeral, de un homenaje de cualquier cosa favorable al hombre por, quizá, algo positivo que hizo o una tragedia que ha sufrido… pero si lo ponemos en su contexto, encontramos que estamos hablando de un hombre que asesinó a su mujer y un político que aprovecha para decir cosas positivas del asesino para negar la violencia de género. Esto es, estamos hablando de un asesinato machista, estamos hablando de un feminicidio, el contexto cambia unas palabras positivas hacia algo terrible que es el machismo y la negación de la violencia de género por parte de un político, en este caso era el alcalde de un pueblo.

Michael Moore en uno de sus libros, y disculpen que no recuerde cual, extraía una serie de palabras de una serie de páginas y ponía algo así como «ya que me van a descontextualizar, aquí he dicho: ‘soy un terrorista’ porque ‘soy’ lo decía en la página equis, terrorista unas doscientas páginas más adelante y ‘un’ está en todos lados». Entonces, si descontextualizamos todo y parafraseamos, podemos decir que Michael Moore dice «soy un terrorista». ¿A qué no tiene ningún sentido? esto es lo que hacemos a diario con muchas frases totalmente sacadas de contexto.

A veces se cita a Mark Twain por decir algo así como «solo una cosa es imposible para Dios: encontrarle algún sentido a cualquier ley del copyright del planeta», se le suele citar, muchas veces, desde movimientos que critican la existencia de la propiedad intelectual y abogan por un uso más libre de las obras culturales; pero en realidad, si entendemos lo que dijo cuando lo dijo y por qué lo dijo, así como su propia trayectoria política contra las normativas de derechos de autor, lo que estaba defendiendo es que la propiedad intelectual debía ser como cualquier otro tipo de propiedad y no caducar con el tiempo, se estaba quejando de un sistema, el de su época, en que obligaba a registro y a la renovación cada pocos años para mantener la propiedad intelectual. Además, ponía (como sigue poniendo) un límite temporal finito que no podía superarse para los derechos económicos. Él defendía que los derechos económicos deberían ser eternos, como en cualquier otra propiedad. Ahora bien, su frase sacada de contexto parece decir exactamente lo contrario, que la propiedad intelectual como tal no debía existir y que lo que debía existir es un uso libre de las obras creadas por las personas. Como ven aquí, el contexto cambia por completo el significado de la frase, pues su sentido era el contrario al que, al menos durante un tiempo, se estuvo usando.

Para defender la religiosidad de Albert Einstein, a veces se utiliza una frase muy conocida que dice algo así como «Dios no juega a los dados con el universo». Esta frase no tiene nada que ver con Dios. Es simplemente una sentencia que utilizó Einstein para criticar a forma en que se estaba entendiendo la física cuántica por parte de una serie de autores. Era una burla. Utilizar dicha frase fuera de su contexto, de su sentido y de la ironía con la que se dijo, para defender que Einstein creía en Dios carece totalmente de sentido. A veces esa frase se utiliza dentro de una falacia de autoridad para generar causalidades donde solo hay casualidades (recuerden: correlación no implica causalidad), esto es, a veces se usa para decir que si ha pasado «tal» es porque «tal cual» ya que «Dios no juega a los dados con el universo, como dijo Einstein»; ahí no solamente se descontextualiza la frase, si no que también sería una falacia de autoridad.

A veces muchos políticos se quejan de que se descontextualiza sus palabras, lo curioso es que muchas veces el contexto de sus palabras las hace bastante peores, como sería el caso del alcalde de ese pueblo. Pero esto también lo podemos aplicar a muchas de esas frases «wonderful» que se repiten una y otra vez sin entender cuándo se dijeron, por qué se dijeron y para qué se dijeron. No podemos aplicar a diestro y siniestro una serie de oraciones como si fueran axiomas de vida, dogmas o como arma arrojadiza. Entre otras cosas, porque esas frases se han dicho dentro de un contexto más amplio y en un momento histórico determinado.

Esto no significa caer en el relativismo, todo lo contrario. Esto significa entender que los significados y significantes cambian a lo largo del tiempo. Esto significa tener en cuenta todo un entorno para entender lo que estamos viviendo, escuchando o haciendo.

Tampoco quiero decir que siempre tengamos que estar rascando hasta la última coma para entender cada frase y el cómo funcionan las cosas, si no, simplemente, estar pendientes de que cuando alguien del siglo XVII dijo algo muy concreto, quizá no significaba lo mismo ahí que ahora, o cuando se dijo una frase determinada, se refería a algo totalmente distinto a lo que nos podemos imaginar.

Contextualizar las frases, además, supone entenderlas. Y al entenderlas, podemos utilizarlas de la manera correcta, adecuada y resinificándolas, si es que fuera preciso.

Excurso, pero no mucho: hay otra reflexión paralela a esta de cómo los sistemas automatizados de control sobre vocabulario y demás no entienden de contextos, lo que tienen son palabras vetadas o penalizadas en los sistemas y ocasionan disfuncionalidades, como poco, curiosas, pero eso es otro tema.

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