Dentro de este mundillo de la financiación colectiva en plataformas como Verkami o Kickstarter se van viendo ciertos cambios, o al menos, a algunos nos lo parecen (o a mí solo, aunque lo he leído en más sitios). Uno de esos lo estoy viendo en las cancelaciones. Una pequeña presentación desde lo personal (para que vean «desde dónde» escribo estas líneas): llevo un tiempo ya siendo mecenas y siguiendo los proyectos que se van creando (sobre todo en las categorías de juegos y de historietas) y he participado en cuatro campañas de mecenazgo para sacar libros, de las cuales una salió muy bien, dos justitas y una, la primera además, se quedó lejos del objetivo, esto es, no salió.