Existe una extraña manía de volver buenos a los recién fallecidos (nada malo de ellos se debe decir) y a los mandatarios que visitan tu país, más cuando es una cumbre multilateral. Así pasa con la cumbre ASPA, todos esos monarcas absolutistas mezquinos mezclados con presidentes títeres se mezclan dentro de las bondades de mandatarios que sí han sido electos y que no pisotean a su pueblo, pero se aplaude más a quien más billete tiene (¿no Qatar?), por ello portadas como la de El Comercio con fotitos del motorista rey de Jordania no son raros. Ahora, que la prensa no cuente lo que Robert Ochoa escribe en La República tiene delito, doble, triple, o más. Se publican las fotos pero no la historia. Se publica el soboneo al mandatario pero no la noticia: La agresión a periodistas y el intento de compra de los mismos. Si pasó eso, además de declarar persona no grata al sujeto que dirige el país árabe, habría que pedir la dimisión del editor de turno y del director de El Comercio.