No sé cómo comenzar esta entrada, creo que hasta sobre esto ya he escrito antes (pronto en esta casa haremos 7 años, eso es mucha tinta digital escupida)… Lo he vuelto a ver. En realidad es una constante entre los opinadores de la Derecha de España, tachan sin problemas a Rodríguez Zapatero (y a las acciones en su gobierno) de «extrema izquierda», incluso en el editorial de Libertad Digital de hace unos días (6 de septiembre) podemos leer: «Al contrario, Zapatero sigue siendo tan sectario como cualquiera de los habituales asistentes a la fiesta leonesa. (…) Zapatero sigue siendo tan «rojo» como el que más y sus ideas continúan petrificadas en el duro granito de la ortodoxia marxista.» ¿De verdad lo creen? ¿De verdad creen que Rodríguez Zapatero representa a la «ortodoxia marxista»? Basta recordar lo que ha hecho (durante estos siete años, no solo tras el inicio de la crisis), lo que dice y, por supuesto, lo que propone su partido (formación que borró el marxismo de sus estatutos hace treinta años).
A mí me gustaría saber, sin ir demasiado lejos, cómo la socialdemocracia (sea la clásica o la actual) pega con la «ortodoxia marxista», si es que hasta el principal partido comunista de España está algo lejos de esa «ortodoxia», así el PCE es más eurocomunista que otra cosa (para lo bueno y para lo malo). Es esa misma derecha la que tacha de izquierda radical a un gobierno capitalista, que El País le parece un rojerío (¿qué dirán de Diagonal?) y que Rodríguez Zapatero, como poco, es leninista. Se suele decir «affirmanti incumbit probatio», pero para ellos el tema de la prueba es simple: Afirman algo, ergo es cierto. En otras palabras, y ya que ando con latinajos, aplican el «notoria non egent probatione», pero realmente lo notorio no es el marxismo del presidente, sino todo lo contrario.
El gobierno de Rodríguez Zapatero no solo está muy lejos de ser considerado como comunista (o amigo de Pol Pot, Stalin y demás, como más de una vez he leído), incluso ha claudicado a proponer medidas de «centro izquierda», todo por el «principio de realidad», invento de «sentido común» de quien comanda el gobierno de la nación, en otras palabras, lo que ha hecho es aceptar por completo los postulados económico-sociales de las demás derechas europeas. ¿Eso es de «ortodoxia marxista»? Y no lo hace a regañadientes.
UGT no es comunista, lleva mucho tiempo sin ser socialista en un sentido marxista, aunque sí lo podemos ubicar a la izquierda del PSOE (o siendo la izquierda del partido), no tienen en su programa una sola línea que sea revolucionaria, no claman por llegar a una realidad socialista, son, también, un sindicato de clase socialdemócrata (en el mejor de los casos), todo ese río de tintas tildando de «rojos» a los compañeros del sindicato por lo de León no solo sobran, sino que se basan en mentiras y miedo.
Y es ahí donde quiero llegar. ¿Por qué esa Derecha mediática se empeña tanto en llamar rojo o marxista a Rodríguez Zapatero, al PSOE o a la UGT? Cuarenta años de educación anticomunista pesan mucho en el imaginario colectivo, cuarenta años que no tuvieron una ruptura con el fin del régimen dictatorial de Franco (o de extraordinaria placidez, según uno de los dirigentes del PP), ese «odio» y «miedo» (todo junto y revuelto) contra los comunistas continúa a día de hoy, solo hay que ver los libros revisionistas que están entre los más vendidos para darnos cuenta que, incluso, la Guerra Civil (iniciada por el levantamiento militar filofascista en un fallido golpe de Estado) es «culpa» de los «rojos», consecuencia ya sea de los levantamientos revolucionarios del 34 o, en todo caso, de la victoria electoral del 36, así todo lo malo que ha pasado en este país, incluso la muerte de Manolito, aun se sigue achacando a una izquierda comunista, izquierda que jamás llegó a gobernar en este país (descontemos el gobierno de amplio espectro durante la guerra civil en el lado republicano, donde hasta anarquistas eran ministros).
El «miedo a los rojos» se ha incentivado primero desde el gobierno y luego desde unos medios más bien cercanos a la ideología de la dictadura, ese miedo y odio persisten, como digo, en buena parte de la sociedad, en gente de todas las edades (en los mayores tal vez se note más), así pues el comunista es lo peor, un antiespañol que no merece ser tratado como persona, al que se le puede atacar, herir y odiar a partes iguales, con quien no se debate ni se discute, cuyas medidas, aunque sean exactamente la que sus señorías tomarían, jamás se hacen con buena idea o intención, siempre hay maldad en su actuar, siempre.
Por ello se esfuerzan en tachar a Rodríguez Zapatero de «rojo», por eso su falta de presencia en la fiesta de UGT en esa localidad leonesa no la ven como la forma de evitar una confrontación entre unas bases molestas con la cúpula del partido que consideraron hermano, esto es, no lo ven como lo que es, sino que quieren ver dobles sentidos: El presidente no va porque no tiene dinero para pagar a su clientela (tal cual lo pone el editorial de LD).
Por eso todas las medidas que ha tomado Rodríguez Zapatero y son coincidentes con la ideología de sus críticos, en vez de aceptarlas o aplaudirlas, las achacan o a «obligaciones» (tampoco les falta razón, al menos en parte) o simplemente recuerdan que no es suficiente, y que a los rojos ni se les saluda, o que si las tomó Rodríguez Zapatero es porque buscaba clientes, cuando las propuso o tomó el partido que ellos apoyan era por el bien de todos los ciudadanos (como el Cheque Bebé, eliminar el Impuesto de Patrimonio, bajar el IRPF para las rentas más altas, todo lo que se puedan imaginar, incluso lo malo que es cuando desde la izquierda se habla de administración única cuando el primero en llevar esto al parlamento fue Fraga)…
Y siempre se recuerda que «el verdadero Zapatero es marxista, aunque tome otras medidas». ¿Por qué? Porque si es rojo no hay nada bueno, en otras palabras una falacia de asociación combinada con una argumentación ad hominem, y ambas basadas en mentiras, no es cierto que Rodríguez sea comunista, pero falazmente se le atribuyen los males ya asociados con los comunistas para que sirvan como un ataque contra la persona para desvirtuar cualquier cosa que diga o haga. Esto es, no suelen entrar en el fondo de las medidas propuestas o tomadas por Rodríguez Zapatero, sino que simplemente lo desautorizan bajo la acusación de comunista.
Todo ello manteniendo un odio a lo comunista o marxista, todo ello incentivando una serie de prejuicios fuertemente amplificados y manipulados, todo ello asegurándose una ceguera de quienes mantendrán el pensamiento simple de Rodríguez marxista, PSOE marxista, por tanto, malo, lo que beneficia un apoyo acrítico a otras formaciones e ideologías.
Con todo esto quiero decir que realmente sospecho que tantos «opinadores» de la derecha en realidad no creen que Rodríguez Zapatero o el PSOE sean marxistas, pero les viene bien mantener esa asociación y odio, y simplemente echan leña y más leña, o sea, mienten y manipulan. Y a quienes lo creen de verdad les recomiendo que lean a Marx y lo comparen con el «pensamiento Zapatero», como invitación para que salgan de su gordo error. Eso o que demuestren sus afirmaciones, por supuesto, yo estoy abierto a reconocer mi error si hay pruebas de ello.
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