Cuba, esa isla perdida en el mar y en la historia, tiene tantas particularidades en su encaje mundial que es difícil entender su importancia, por ejemplo, si solo nos fijamos en su PIB o en sus recursos naturales. No, la importancia de Cuba en occidente está, sobre todas las cosas, en el contenido simbólico que la isla tiene para unos y para otros, y claro, en su posición geopolítica y geoestratégica. Cómo será de «especial» la isla que existe una «Posición Común» acordada en el Consejo de la UE (PC de 2 de Diciembre de 1996, 96/697/PESC) que, a diferencia del resto de PC, no tiene como base ni un peligro para la seguridad mundial (como es el caso de la de Irán) ni situaciones de guerra (como lo son todas esas PC que se tomaron con respecto a Yugoslavia, sobre todo durante su desmantelamiento) ni grandes matanzas o golpes de Estado más o menos sangrientos (como la de Congo en su día, Burundi o la PC sobre Ruanda para normalizar el país tras el genocidio ahí producido), ni. por supuesto, misiones de seguridad o militares de países de la UE (como en el Congo, países de la ex Yugoslavia, etc.). No, nada de eso, solo un país que no se arrodilla ante el imperio. Y es una de las PC que más larga vida está teniendo (y ya van 14 años casi).