Si California fuera un Estado Independiente (y no uno de los cincuenta federados en esa potencia llamada Estados Unidos) tendría «derecho» a estar en el G-8, es la octava, justo, economía del mundo. Como lo oyen. También es un Estado que, si pudieran quebrar legalmente, estaría en la banca rota más miserable (paradojas de la economía). El primero de julio se declaró la «emergencia fiscal» tras el rechazo del presupuesto en el senado californiano. Arnold Schwarzenegger, el gobernador republicano, contempla sin saber bien qué hacer cómo el fisco ya no recauda casi nada, el endeble sistema fiscal pasa factura en el estado de los millonarios.