O cómo la cuestión de género pierde el rumbo de la clase
Publicado originalmente en De Igual a Igual
No son raras las celebraciones internacionales que nacen con un objetivo claro y que poco a poco, por el pasar del tiempo, van perdiendo la esencia, su naturaleza, para servir de cajón de sastre y limpiar conciencias de forma sencilla, para, como mucho, recordar que falta mucho por hacer y, de paso, aplaudir lo ya hecho (aunque sea pura paja), y el día internacional de la trabajadora es uno de ellos, donde eso de «trabajadora» ha perdido vigencia en los carteles oficiales para volverse día internacional de la mujer.