Los políticos deben ser buenos gestores, y además ser lo más transparentes y honestos posibles, hay ciertas «pequeñas infracciones» que en un ciudadano corriente pueden resultar excusables o comprensibles, pero cuando hablamos de un gestor de lo público debieran ser imperdonables. Al parecer toda la «obamanía» y la crisis económica llevarán al Senado a aceptar como Secretario del Tesoro a Timothy Geithner Franz, conocido como un genio económico que ha trabajado para el Fondo Monetario Internacional (FMI) y es el presidente de la Reserva Federal de Nueva York, entre otras ocupaciones de similar nivel, todo un «genio economista», como no han dudado en calificarle. Un salvador en tiempos de crisis.
Pero el sujeto tiene una mancha bastante negra, un «error inocente» en la terminología del presidente de Estados Unidos, Barack Obama. Me gustaría saber si todos los que defraudan a Hacienda «por error» similar al de este sujeto tendrán el trato tan favorable a su postura como lo está teniendo Geithner. Este sujeto, llamado a ser la punta de lanza gubernamental contra la Crisis (con mayúsculas) parece que no sabe rellenar sus papeles de la declaración de la renta, pidiendo deducciones que no le correspondían y no declarando correctamente sus ingresos provenientes del FMI (más información en la Wikipedia en inglés), y por tanto, adeudando dinero a Hacienda.
Pero Geithner resulta algo necesario para el plan de Obama en cuanto a lo económico, él es uno de los autores del plan de 700 millardos aprobados con Bush, y ante el próximo hipergasto de más de 825 millardos de dólares planeados por Obama, Geithner se perfila como el mejor para diseñar correctamente el plan, y para ello Obama le quiere como Secretario del Tesoro.
Es curioso esto de los genios financieros que hierran en su propia contabilidad o declaraciones impositivas, eso sí, nunca en su contra, siempre resultan beneficiados de sus errores y terminan pagando menos de lo que debieran (curiosidades de la vida, nunca se equivocan «en su contra», siempre «a su favor», ¡yo quiero equivocarme así!). De todas formas, hay que tener un poco de cuidado con estos genios financieros, el último gran maestro de las finanzas resultó más faraón que genio.
Como decía al comienzo, este tipo de hechos manchan demasiado a la persona que los comete como para que, en política, sean realmente admisibles, dejar la puerta abierta a gente que comete estos «errores» (y la facilidad para quitar peso a serias acusaciones desde el poder que quiere salirse con la suya es casi patético) es, cuanto menos, comenzar con el pie izquierdo.
Me pregunto como ese tipo de «errores» pueden hasta llevar a la cárcel a un ciudadano comun y silvestre (odio la expresión ciudadano de a pie, pq me suena a que solo los políticos andan sobre ruedas), mientras que un ciudadano que ostenta un cargo público puede salir tan bien librado… en cualquier parte del mundo
Salud
Es esa misma desazón la que me embarga en estos casos, cuando desde el poder se «borran» los errores que a un ciudadano común no se le perdonaría ni de casualidad. ¿Cómo era eso de «dar ejemplo»?
Gracias por el comentario y hasta luego ;)