Recortan presupuesto a Contraloría

En Perú tenemos pocos sectores que funcionen realmente bien (o que funcionen, sin más) y algunos son fundamentales para el desarrollo de los peruanos, así que, a vacas flacas, los cinturones ajustados no deben afectar a esos sectores que, si bien no terminan de funcionar, sí son elementales y el tener aun menos recursos no viene nada bien a nadie (con dos dedos de frente y que no piense solo en su bolsillo, claro). Alan García, haciendo valer su propia incapacidad de gobierno, nos regala dos perlas: Reducción de fondos para el poder judicial (además de un cambio estructural, necesita recursos, con el APRA en el gobierno ni cambio ni recursos) y grave recorte en la Contraloría General de la República (aplicados desde ya, como quien dice).

Ambas medidas apestan a lo mismo: Eliminar a quienes pueden controlar o al gobierno o a los allegados del gobierno (que en Perú se confunden lamentablemente). Así pues, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF, ese que truca y engaña a sus trabajadores para mantenerles en condiciones precarias y tiene bajo «servicios» puestos constantes e importantes de su organigrama, al punto de estar así departamentos enteros) ha reducido el presupuesto al órgano de control…

Genaro Matute Megía, aun titular de la Contraloría, declaró:

«El MEF ha disminuido el presupuesto de la Contraloría, y de la cuenta de Bienes y Servicios se ha recortado dos millones y medio de soles que estaban destinados a la contratación de expertos para las investigaciones que requieren un análisis más técnico. Esto afecta, en gran medida, el trabajo de la Contraloría porque sin técnicos no se puede investigar. Entonces, mientras no se resuelva esto, no se podrán sacar resultados (de las investigaciones)»

Sin lugar a dudas los órganos como la Contraloría son caros por definición, al menos en cuanto al entendimiento de los mismos «por sí», pero si tenemos en cuenta que ponen el dedo en la llaga y nos hacen conocer cómo otros miembros del Estado «gastan más de la cuenta», pues a la larga salen rentables (desde un punto de vista económico, desde el político son necesarios para los ciudadanos y peligrosos para el poder público, y eso que más o menos la Contraloría «es» un poder público).

Perú21 además nos trae a la memoria las disputas entre el actual gobierno del Perú y Matute, así que esta «atada de manos» o a la institución o al titular de la misma no nos sorprende realmente, sobre todo por las investigaciones actualmente puestas en marcha (o recientemente entregadas a la fiscalía) que podrían truncarse ante la fuerte bajada del presupuesto de la institución. Está claro, el Contralor mordió la mano del que le daba de comer y ahora han cerrado el grifo. Y esto no nos conviene (a nosotros, los que terminamos pagando el doble por carros patrullas para que Alva Castro se lleve un buen pico, él o los suyos, me da igual).

Así es como funciona el APRA cuando se pone el traje anticorrupción (porque lo decía, cero tolerancia y tal): No me investigues, que te pateo (todo en el APRA se reduce a patadas, sí). El APRA gobernante no quiere que siquiera se investiguen los gastos que hacen (no se queja ni siquiera por resultados concretos de los informes, no, se queja porque le inician una investigación) olvidándose por completo que lo hacen con el dinero de todos los peruanos y que deben ser totalmente transparentes y limpios (dos cosas que aun no se consigue), así que la labor de auditoría es más que bienvenida (y de auditar a los auditores, por supuesto).

Así es como funciona el gobierno actual (y el anterior, y el anterior del anterior, y así un buen rato más) y es una lástima ver cómo al que se mueve un palmo se le encarrila o a base de palizas o a base de recortes presupuestarios.