El gobierno de Alan García Pérez impidió la manifestación convocada por la CGTP en apoyo a los sindicalistas detenidos en la marcha del SETUP. El gobierno no quiere ni oír hablar de manifestaciones o concentraciones en su contra, y hará lo posible para que estas no salgan adelante. No es que hagan oídos sordos a las críticas, es que no dejan que se pronuncien. Y persiguirá a todo aquél que se atreva a decirlas, y más si convocan a otros para hacer lo propio. Y todo con la excusa de la Seguridad. Y si se atenta contra ella, mano dura. Esa mano dura que sólo se aplica cuando la opinión es la divergente (como ejemplos me valen las marchas a favor y en contra de la pena de muerte).