Chávez dijo otra verdad como un puño: No existe un proyecto de integración. El seguir insistiendo en la unión de los dos bloques económicos (que ni siquiera han conseguido una verdadera movilidad de trabajadores de forma libre en sus territorios) es perder el tiempo. Tampoco digo que tiremos esas estructuras a la basura o que dejemos de tender puentes entre las dos (o que lo ideal sería que una de ellas desapareciera o se fusionen), sino que, al margen de esos puentes y demás, se debe, como indica Chávez, crear un proyecto común de integración con miras amplias, a largo plazo y un objetivo concreto: La unión de Latinoamérica (pasando por la necesaria unión de Suramérica, que es de lo que aquí hablamos).
Ahora bien, esta unión para que no sea una simple agregación de la caduca figura de los Estado-Nación, debiera construirse de abajo a arriba, si se pretende imponer desde las distintas presidencias (cabezas pensantes de esos Estado-Nación que, por supuesto, buscan su propia supervivencia ante todo), estará abocada a fracasar o a no tener legitimidad alguna para unos ciudadanos que seguirán viendo esas instituciones como algo lejano y ajeno a los mismos (como pasa con la Unión Europea, que no si madre va a las elecciones para eurodiputados y que, en todos estos años, ha sido incapaz de construir un sentimiento de pertenencia a una ciudadanía europea que, obviamente, no se puede realizar al margen de los ciudadanos, como ha pasado hasta ahora).
Ahora bien, esta segunda cumbre hereda el nombre de la primera, "II Cumbre de la Comunidad Sudamericana de Naciones", que ha sido criticado por el puntillismo de Chávez que preferiría que el nombre fuera "Unión de Naciones Suramericanas". Me parece patético que se siga intentando imitar los nombres de otras organizaciones supranacionales, al igual que me pareció horrible que la CAN dejara de ser el Pacto Andino para seguir con nombres de otra tradición supranacional. El llamarse Unión de Naciones tiene un error gordo, mantiene la nomenclatura de "nación" en el nombre, en este tipo de cosas se debería quitar las naciones de cualquier texto jurídico. Por otro lado, aunque demuestra una voluntad unionista, el nombre comunidad demuestra una voluntad de actuación conjunta, mientras que la unión es impuesta (o puede serlo), la comunidad siempre parte del deseo de juntarse.
De todas formas, por más cambio de nombre, si no hay un cambio de sistema en la formación de estructuras supranacionales, aunque no se fijen sólo, o sobre todo, en lo económico (que ya será un avance), no se podrá conseguir una buena integración regional que redunde en un mejor gobierno para todos, en una región que habrá superado el sistema y funcionamiento de los Estado-Nación favoreciendo, a fin de cuentas, la representatividad y demás.
Si es más de lo mismo, con cambio de nombre o sin él, nunca será suficiente.