Creo que los candidatos se equivocan al pretender presentarse como lo que no son (por ejemplo, mentir en sus títulos académicos), la sinceridad (como base de la transparencia) debe ser un principio en todo candidato, no nos debe interesar tanto los titulejos que cada quien tenga, sino el planteamiento de la persona, su capacidad de liderazgo, su firmeza (en que la transparencia y sinceridad hacen mucho), y el tino que tenga para saber escoger a los asistentes que necesite, según lo que planee hacer (porque no escogemos “genios” en todos los campos, sino una persona capaz de Dirigir a quienes pueden llevar a la práctica las ideas de gobierno). No por tener más títulos o haber enseñado en tal o cual sitio se es mejor líder, eso debe quedar claro claro.
Ahora bien, en la sociedad de la Información, ésta se vuelve en una necesidad, conocer al candidato, saber su historia más allá de lo que el partidismo oficialista del candidato y la mala oposición al mismo que sólo quiera echarle tierra y fango nos cuenten, un documento sencillo que pretende ser objetivo (como lo es un currículo) puede ayudar a darnos datos para poder, cada uno, juzgar esos datos o el actuar de esa persona viendo su historial.