Estos días parece que toca hablar sobre los límites de Democracia Real Ya, sobre su pasado o su futuro, sobre su funcionamiento interno, sobre su significado, es lógico, se acerca otra gran convocatoria, 12m, y un aniversario, vamos, las dos grandes razones para hablar de un movimiento. Esa convocatoria espera superar, y con creces, la del 15 de octubre del año pasado (fotos en Valladolid). Los que siguen este espacio sabrán que acompañé las manifestaciones (además de la ya enlazada, fotos del 15m, 21m, 19j), participé en unas cuantas de sus asambleas (no solo de las que luego hablé), defendí a las acampadas de algunas críticas concretas o apoyé sus críticas a los abusos de la legislación electoral y cómo no se aplica a todos por igual, pero tampoco me puedo presentar como un activista o militante, ni mucho menos, ni mucho menos como un adherente (no le he dado al «me gusta» en ninguna plataforma web autoproclamada red social), no conozco a fondo los entresijos de quienes mueven los principales hilos (que son, normalmente, los más militantes y activistas). ¿A qué viene la advertencia, que no es tal, y el prólogo? A que voy a hablar un poco de todo, pero quiero que me sitúen bien.
Algunos enlaces sobre estos movimientos: «#12m15m» de Manuel Castells en La Vanguardia, «Desbordamientos culturales en torno al 15-M», de Luis Moreno-Caballud en Fuera de Lugar, «15M: «Spain is different»», de José Ángel Brandariz García, «#12M15M: este año la plaza de mayo será global», de Marta G. Franco, «El 15M y la composición del aire», de Santiago Alba Rico, «Del 99% a los procesos de organización de base», de DP, los cuatro en Diagonal Periódico, «DRY contra el 15M», de Rafael Cid en Red Libertaria, «De las aulas a las calles», de Pablo Iglesias Turrión, «El movimiento ciudadano que deconstruyó la crisis», de Jorge Otero, «15-M, una ‘rebelión copyleft’», de Stéphane M. Grueso, los tres en Público (que tiene un especial sobre el tema), «El 15M, ¿Y ese quién es?» de Jorge Moruno en Kaos en la Red, «La «Asociación Democracia Real Ya» no es Democracia Real Ya», de DRY, y un comunicado de DRY-Madrid sobre la asociación bajo su nombre y la expulsión de militantes, «12/15M ¡Feliz Aniversario!» en TomaLaPlaza, «Un año de aprendizaje forzoso», en y de DRY de Valencia, «El quincemismo y la deliberación» por David de Ugarte en El Correo de las Indias (este es de hace casi un año, pero vale la pena incluirlo en este listado por lo que apunta)… Y podría seguir un rato más, pero no es el propósito de esta entrada ser un apuntador de notas varias.
Creo que es importante entender, ante todo, que el 15m nacido en las acampadas y DRY no son lo mismo. Al menos no lo son en Valladolid (y se en lo que públicamente se muestra, mantienen canales y acciones distintas y diferenciadas). Además, tanto en uno como en el otro se mueven infinidad de colectivos, intereses y personas, que más o menos se organizan entorno a una serie de temas y visiones, que han tomado, eso sí, los procesos deliberativos como algo fundamental (lo que ha generado lentitud muchas veces, y frustración otras tantas, ante la falta de un programa ya decidido o una agenda fija, su debilidad, por otro lado, es su fortaleza).
Y ahí llega la primera ruptura: La creación de una persona jurídica con una estructura jerarquizada (algunos medios han retratado esa fuga como un cisma de forma bien caricaturizada, fijándose en dos herramientas de comunicación concretas y obviando otras, como la página Web oficial). Antes de eso ya DRY había mutado bastante, las personalidades que lo impulsaron ya no controlaban a su hijo nominal, y esa asociación, cabe recordar, no viene de estas personalidades (¿por qué es importante? porque los padres pueden reclamar el control de sus hijos, tengan o no razón, pero el vecino del cuarto no, nunca).
Sobre ser o no ser una asociación, pues es algo que se ha debatido múltiples veces (alguna vez en Valladolid se planteó, si mal no recuerdo), es recurrente, quienes quieren la seguridad de una persona jurídica que organice todo, sea la cara pública, también significa centralizar y jerarquizar el movimiento, caer en los límites de las estructuras institucionales denunciadas (partidos, sindicatos, otros colectivos), ahora bien, en su día el debate fue profundo y, en la asamblea de asambleas, se decidió que no se hicieran personas jurídicas con el nombre de DRY (en agosto de 2011), claro que esa misma asamblea podía y puede variar la decisión. Quienes promueven y fundan la asociación dicen que lo decidió la Asamblea, quienes lo niegan dicen que le faltó legitimidad de inicio (la convocatoria, por lo visto, no cumplió con el mínimo de apoyos para que se pudiera celebrar la misma). No importa, se fundó una asociación, sin más datos que los dados estaba de acuerdo con Rafael Cid: Una parte decide ir por un camino que la mayoría no quiere y santas pascuas, más correcto me parece el otro camino, el que está entre desconcentrado y descentralizado, frente al centralizado y controlado, institucional, de la asociación. Sobre el tema, muy buena la nota de DRY de Valencia: «#esoNOesloqueIMPORTA». Para Castells es simplemente gente de buena fe que se apartan del colectivo original…
Como digo, yo pensaba más o menos así, además de que la buena fe hay que presumirla, sin pruebas en contrario, se debe mantener esa presunción. Pero como toda presunción puede decaer, así cuando uno ve determinados documentos (y lo que es peor, que algunas personas padres de la asociación, en vez de desmentir que el documento sea real optan por el contraataque: «Por no hablar de los delitos que podéis haber cometido accediendo a esa info», declaración hecha en Twitter el 27 de abril) comienza a pensar que esa presunción corre peligro. Y que ya todo estaba diseñado, pactado, verticalizado, mediatizado y programado. También con que la petición para inscribir la asociación es previa a la propia asamblea (así la asamblea tenía que decidir si la petición se retira, no si se hace, y por supuesto, sin poder decidir el contenido y forma)… Todo lo contrario a cómo funciona algo medianamente democrático, y con agentes que son tan lejanos y cercanos al propio movimiento como lo soy yo (y sí, me refiero a la periodista que diseña la estrategia de comunicación en el documento enlazado). Lo que es peor, según el documento, parecían conscientes de que no representaban a todo DRY (por más que insistan en mantener que la Asamblea fue legítima).
Las formas (cómo se convocó la asamblea) y el fondo (lo que surge dentro de la Asociación, cómo se organiza) son importantes, también los medios (la estrategia de comunicación, ese control total y centralizado que pretende el documento sobre la estrategia, esa forma de comunicar vertical, con exclusivas), y sobre todo, las intenciones (apropiarse del DRY en su conjunto, de esa marea), y todo, ¿para qué? Los fines son importantes, y en el documento no quedan claros.
Hablando de los fines, medios y razones, y para poner los argumentos «de la otra parte», esta suerte de «golpe de Estado» (los de la asociación ya se temían esa acusación) se realiza para «salvar» a DRY del control de determinadas personas o grupos, el dueño de la cuenta de Twitter que he enlazado dos veces enlaza, a su vez, este documento (que va en contra de la estrategia de comunicación), sin firma de nadie, que comienza diciendo que es un neutral, pero defendiendo a una de las partes (aunque con una pequeña crítica).
Bien, temían que un grupo controlara DRY y por eso deciden ellos tomar el control. Esto es como cuando para salvar a la democracia se da un golpe de Estado e instaura una dictadura. Aun presumiendo buena fe en ese hecho, lo que está claro es que quienes promueven (por esa razón) la asociación no confiaban en la propia organización de DRY, ¿para qué quedarse? A diferencia de un Estado, no hay obligación de pertenencia, ahí surge una sola idea: Por el capital político que tiene DRY.
Como leí a uno de DRY, si los de la asociación creían que el modelo de DRY estaba muerto o muriendo (esto también por sus propuestas de financiamiento y demás, que discrepan con el modelo quinceeme), que no tenía futuro, ¿por qué usar el nombre? Claro que DRY o 15M son mucho más (como dice el propio Castells en el artículo enlazado), pero esto se parece cada vez más a aquel partido que se intentó inscribir con el nombre de 15M, vamos, un intento de aprovechamiento personal de algo creado entre muchos.
Nada de esto es importante, todo esto es importante. En un principio es poco importante que se funde una asociación, o por la magnitud de la escisión, es de poca importancia la misma. Lo importante es la manifestación del 12 de mayo. El que esté o no la asociación, pues es una más, como dicen, que cada uno haga lo que le dé la gana. Y para no caer en los problemas de las organizaciones tan criticadas (sindicatos convencionales, partidos políticos, etc.), estas «escisiones» deberían ser públicas, eso de «no airar los trapos sucios» es un error, es ocultar información, mientras más público sea todo más transparente será, esa parte sería importante para ver con verdadera perspectiva ambas posturas. También es importante porque puede ser un debate sobre las formas de organización (DRY es asamblearia, esa asociación no, se rebela justamente ante el asamblearismo). Hablando de formas de organización, les recomiendo: «La necesidad de organizarse los anarquistas», de José María Olaizola.