Se ha iniciado la Segunda Guerra Civil en España por una moción de Censura presentada en una ciudad turística española con apoyo de un tránsfuga (que, por lo visto, llevaba tiempo fuera del partido por el que fue elegido concejal), o algo así. Pareciera, si uno escucha las declaraciones de importantes miembros del gobierno de Valencia (PP) pareciera que es la primera vez en España, desde que se firmara el nefasto pacto antitransfuguismos (PDF), o de la historia de España, que un gobierno local cambia de color político gracias a un díscolo tránsfuga. Nada más lejos de la realidad.
En realidad el caso es escándalo porque está implicada la madre de una importante cargo del Partido Socialista Obrero Español (que de socialista y obrero a duras penas conserva el nombre), madre que, a decir verdad, se ha dado de baja, como sus compañeros, del PSOE. El PP acusa al PSOE de incumplir el pacto, mientras el PSOE, por alguna razón, hacía caso al PP y amenazaba con expulsar a los compañeros de la zona, que pusieron tierra por medio y se dieron de baja del PSOE, así que ya no podemos hablar de gente del PSOE, aunque los medios lo sigan haciendo. El PP insiste en que el pacto está muerto, lo ha matado el PSPV en Benidorn, y que la Secretaria de Organización, Leire Pajín, debe dimitir. ¿Por qué no acepta el PP que el PSPV, mal que les pese, ha actuado según el nefasto pacto?
Además, en Valencia, lo que se dice la Comunidad Valenciana, las mociones de censura con tránsfugas de por medio vienen siendo normales en lo que va de legislatura (desde el 2007, según La Verdad, esta es la octava), y en muchos casos se han dado a favor de concejales, ahora alcaldes, del PP con el apoyo de tránsfugas del PSPV, y aunque algún caso, alguno, se llevó hasta al Congreso, no recuerdo que el PP diera de baja a los disidentes que llegaron al poder, ni dio por muerto el pacto que estaban incumpliendo.
Fuera de Valencia, recordando tiempos pasados, hay casos curiosos, en que todos los políticos estaban de acuerdo en que era una clara violación del pacto del 98, menos el PP, partido que salía beneficiado de la transgresión de un pacto impulsado cuando ellos gobernaban por nada más y nada menos que Mariano Rajoy, y en ese caso enlazado hablamos de una de las ciudades más importantes de una comunidad gobernada por PP, y capital de su provincia.
Mientras que en Valencia lo que hace el tránsfuga del PP en favor de los ex-PSPV es delito de lesa humanidad, o casi, el tránsfuga de IU en Posadas, Córdoba, actúa en Interés General, el interés de que gobierne el PP, y no es una vulneración del pacto antitransfuguismo (como pasó en Pozoblanco también), claro que en ese caso se tiran los tiestos a la cabeza acusándose los unos a los otros de incentivar el transfuguismo.
No deja de ser irónico todo este asunto, y bastante patético además, si tenemos en cuenta que Eduardo Zaplana, otrora Presidente de la Comunidad Valenciana, accedió a la alcaldía de Benidorm, en 1991 (antes de firmarse el pacto) gracias al apoyo de un tránsfuga, como recuerda Moret en ABC, así que el que ahora vengan con esos remilgos no tiene más sentido que el querer fastidiar a Leire Pajín, que ya tiene bastante la pobre matizando las burradas que dice un día sí y otro también. Eduardo Zaplana, además, conquistó la presidencia de la Comunidad tras hacerse con el ayuntamiento de esa forma ahora tan denostada, y ahí sigue, el PP, gobernando en Valencia y todavía en Benidorm (al menos por 11 días más).
Tampoco podemos olvidar, ya que estamos en la senda de los recuerdos y tránsfugas famosos, el caso de Madrid, que si bien no dieron el gobierno, de forma directa, al PP, sí impidieron que gobernara una coalición PSOE-IU en la comunidad que contiene la capital del Reino de España, además que ese caso fue más bien turbio, dos del PSOE negándose a votar a su jefe por, por lo visto, intereses inmobiliarios, nomás elegidos días atrás, impidiendo así que se formara gobierno y forzando unas elecciones en las que Esperanza Aguirre consiguió la mayoría absoluta que aun conserva. A los fiscales se les prohibió investigar el caso, ya saben, PP no come PP, aunque a veces lo parezca.
Y ya puestos a recordar, señores dirigentes de los partidos políticos: Las actas son de las personas, no de los partidos. Pepito Los Palotes fue elegido bajo unas siglas, puede, pero constitucionalmente hablando no está sometido a mandato imperativo alguno, ni de sus partidos ni de sus votantes.
¿Se debe rechazar en todo caso el transfuguismo? Sinceramente creo que no. Hay que separar la paja del trigo, no es lo mismo un tránsfuga que cambia de camiseta por puro interés personal (dinero, puesto político, fama, lo que sea) que uno que lo hace por un tema ideológico, aunque ese tema sea parte de un rifirrafe interno del partido (como pasa con Ciudadanos).
Claro que también hay formas de afrontar el cambio de camisetas, las hay sorpresivas y sinsentido, y otras donde el elegido hasta deja su acta entendiendo que él es el que se ha separado del partido y es el partido quien debe reemplazarlo (como pasó como uno de Ciudadanos en el parlamento catalán, si mal no recuerdo), también están los casos en que se pasa a la pura oposición, sin apoyar al histórico enemigo político para llevar la pura contra todo el tiempo, oposición constructiva que le podemos llamar.
En julio de hace tres años hablé largo y tendido sobre el tema: Transfuguismo. Así que no me extiendo más.
Ah, salvo para decirles: Diviértanse con este nuevo circo de politicastros y politiqueo, rían y no lloren. ¡Qué nivel!