Simon y el APRA

El primer ministro Simon, un muchachito de ayer, es el político de hoy, por ello ya lanzó su globo sonda de un posible frente para el 2011 entre la «izquierda madura» (sic) y el APRA. Sí, el Partido Aprista Peruano (PAP), ese que ha renunciado a toda su historia reescribiéndola para justificar no ya su devenir socialdemócrata sino más bien su derechización más lamentable aupándose, encima, a cuanto carro de connivencia con la podredumbre política del país ha podido. ¿Dónde está, al menos, la decencia de quien se erige como representante de una «izquierda madura»?

Yehude Simon hace tiempo que ha olvidado el partido que comanda, y navega solo por las lides electorales, no tiene problemas en hacerse la foto con nadie y de construir, en torno a él, una presidencia regional desde la que dio el salto a la oficina de Primer Ministro, sin comerlo ni beberlo, donde, además, ha tenido una conducta errática e intolerante, con demasiada franela y poco trabajo y autocrítica, y no hablemos ya de crítica al Presidente (en mayúsculas).

Simon no representa a izquierda alguna (o al menos una con suficiente peso electoral, claro que tampoco la hay), y su paso por la PCM es muestra de ello, la alianza, el frente, o como se le quiera llamar, que propone al APRA suena a desesperación de mantenerse en el poder, a sabiendas que, según cómo van las cosas, el APRA se podrá presentar otra vez como el mal menor (ante un Humala, un Fujimori o el advenedizo que toque esta vez) o, si salen bien todas las medidas repopulistas del actual mandamás del país, como bien mayor.

Cuando Simon plantea los «puntos en común» de los partidos que confluyan en el frente, el APRA, el Partido Humanista y otros de izquierda, propone una tercera vía a lo laborista inglés brutal, que ni siquiera encaja con la actual labor del gobierno (en el que él preside el Consejo de Ministros, sea dicho), en tanto que el tema del «impulso de la inversión privada» se hace (mal, muy mal, corrupciones mediante, pero de cara a la galería se hace) pero el de «inclusión social de los sectores menos favorecidos» es directamente nulo, donde solo queda el populismo en los programas asistencialistas y poco más.

Ya por ir acabando, siempre en gerundio, Yehude hace borrón y cuenta nueva sobre el APRA, no solo en lo pragmático, sino en la memoria, así pues, se olvida de para qué el APRA se mete en fregados de alianzas y frentes, cómo los mismos desaparecen o no llegan a existir según lo que manden las elecciones, y por supuesto, la historia reciente de puro odio y resentimiento del APRA con respecto a la izquierda, a esa que, al margen de sus propios errores (suicidios diría), al menos intenta no traicionarse a sí misma.

3 comentarios en «Simon y el APRA»

  1. Primeramente Simon defraudo a Lambayeque, pues si ellos sabian que se uniria al APRA, no le hubieran dado la presidencia, eso quiere decir que a Simon solamente le interesa Simon, con que derecho ahora nos viene a hablar de «construir» sabiendo que lo que quiere en verdad es hacer componendas para limpiar su imagen decaida por el Alanismo y luago habla de «izquierda madura» o debio decir «izquierda sumisa» o «izquierda vende patria» o «izquierda titere».

    Simon se dejo arrastrar por esa politica traidora de siempre.

    Chinasklauzz

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