Palin, elecciones EUA, lo privado y lo público

Dentro de las democracias representativas modernas (ese llamado «occidente») Estados Unidos tiene una situación especial en cuanto a su política interna, importa más que en ningún otro país (o esa es la sensación que tengo) la vida íntima y religiosa de los distintos candidatos a puestos políticos, y esto es incentivado desde los propios candidatos que exponen a toda su familia como «ejemplo» de lo que son y ponen sobre la palestra su religión como esencia de su yo.

Sobre el tema de la religión diré poco. Les recuerdo nomás la extrema importancia del hecho religioso individual y colectivo en ese país que tiende a parecerse, en formas y fondos, a una teocracia representativa blanda, y recomiendo el genial artículo de Ernesto Cárdenas en Física 3 respecto al tema, que además cuenta con suculentos enlaces y demás: «Elecciones USA: Internet y Religión«.

Sobre el tema de la familia hay mucho por decir y hablar, sobre todo ahora, que la candidata nominada a la vicepresidencia por los republicanos ha «fallado» en la «necesidad» de tener una «familia perfecta y moral», pero lo vemos en todos los órdenes, allá el discurso de la que será la primera dama levanta tantas expectativas como el que será el candidato, la primera dama tiene un papel público importante y los hijos son el ejemplo del «hacer bien» las cosas. Los políticos tiran de esa imagen de familia perfecta constantemente, y el público está más preocupado sobre esos detalles que sobre sus opiniones sobre política económica, relaciones exteriores, pena de muerte, o lo que sea, el foco de las cámaras y los ríos de tinta corren sobre si la esposa de Obama puede ser una buena primera dama o sobre si la hija embarazada de la segunda de McCain se debe casar cuanto antes (porque se tiene que casar en tanto que está embarazada, que a nadie se le ocurra en pensar en una madre soltera o emparejada nomás).

Y tengo la impresión que mientras más conservador es el electorado más importancia le dan al tema de la familia del candidato, lo mismo que pasa con el tema de la religión, mientras más conservador más se fijan en lo que dicen los pastores de los candidatos como si su palabra y sus deseos mandaran sobre el político. ¿Esto qué produce? Pues que la más que conservadora Sarah Palin tenga un problema político porque su hija esté embarazada con 17 años. Este hecho no nos debería importar absolutamente nada, no debería pasar del simple comentario de «¡ay bah! por eso la chica cargaba todo el rato con el hijo, para ocultar la barriga ¿cómo es posible que le avergüence algo tan bonito como la maternidad» o algo así, chismoseo vamos. Pero no, se ha superpuesto al resto de considerandos sobre alguien que increíblemente se encuentra a la derecha del veterano McCain (ambos partidos mayoritarios han elegido perfiles «más conservadores y de derecha» para las vicepresidencias de los que, se supone, tienen para la presidencia). También se saca en cara de Palin que su marido fue detenido en su juventud por conducir con más alcohol en la sangre que lo permitido. Absurdo como acusación «contra Palin» mírese por donde se mire.

Palin, como deben saber, es antiaborto total (pero total), pro pena de muerte (miren, como el resto de candidatos, increíble, desde los últimos años el debate es «quién defiende más la pena de muerte»), pro armas de todo tipo, pro casi todo lo que un «más que conservador» debe ser y anti todo lo que un conservador debe ser (no se sale ni un milímetro del dogma del ala más a la derecha dentro del Partido Republicano, que ya es decir), y entre las lindezas de esta señora se encuentran dos que justo tienen que ver con el embarazo de su hija: Palin está claramente posicionada a favor de la abstinencia sexual como «cura» para las enfermedades de transmisión sexual, como fórmula para eliminar los embarazos no deseados y por más razones de moralidad que no vienen a cuento y en contra de la educación sexual a menores, y por supuesto, en contra (sumando los dos puntos anteriores) de que se les hable de sexo seguro (uso de preservativos). A esto cabe sumarle la «necesidad» de que los hijos nazcan dentro del matrimonio.

Como alguien dijo, los hijos no hacen caso a sus padres, así que no es raro que haya desconocido, la hija de Palin (cuyo nombre me importa más bien poco), las indicaciones de abstinencia sexual propuestas por su madre y que haya caído en la «tentación», así que ese punto, como crítica a la madre por el estado gestante de su hija debería darnos igual por completo, o rechazarla directamente.

El punto es realmente: ¿La hija de Palin recibió clases de educación sexual o sólo la «orden» de «no practiques las relaciones sexuales»? Porque si la hija no recibió esta información ni en el colegio ni en casa, creo firmemente que Palin deberían al menos cuestionar la idoneidad de prohibir la educación sexual en los centros públicos (y en los privados, claro, pero me interesa más «lo público») al margen del derecho que asiste a los padres de no hablar del sexo con los hijos o de inculcarles una moralidad de abstinencia. Ojo, son temas distintos, mejor dicho paralelos: que una persona sepa usar un preservativo no la convierte ni mucho menos en sexualmente activa, eso depende de la persona, pero es mejor que tenga el conocimiento real y bien explicado (no me valen las charlas entre amigas o lo que dicen en los programas de televisión) a facilitar la ignorancia para favorecer una opción moral.

Además, las sociedades que pregonan la abstinencia sexual no tienen unos índices mejores de «embarazos no deseados» que las que enseñan a «protegerse» a sus menores, sin contar que en los primeros casos un embarazo no deseado fuera del matrimonio es considerado una vergüenza (o delito en algunos países fuera del entorno que acá menciono) y se vuelve en una tara mayor (un estigma en toda regla) para la persona embarazada (porque esto afecta mucho menos a quien embarazó a la mujer que a la mujer embarazada) que en las sociedades que admiten con más normalidad el «sexo recreativo» o como manifestación de amor mutuo sin el fin de la procreación.

Espero que el embarazo de su hija haga reflexionar a Palin sobre su comportamiento respecto a las relaciones sexuales mutuamente consentidas y no la vuelva más reaccionaria de lo que ya es (curioso además que justo le pase a una miembro de su familia lo que desaconseja a los «pobres» y «minorías étnicas», y en tono de reproche suele hacerlo, de que no se queden embarazadas tan jóvenes, a ver si con esto aprende a cuidar sus palabras o entender la singularidad de cada una de las situaciones a las que ella estaba acostumbrada a generalizar).

El último sobre el embarazo de la hija de la candidata republicana está en el matrimonio de la menor. Dudo mucho que lo haya elegido ella (y él, claro) y parece más algo impuesto. Cuando recién escuché la noticia salía rápidamente Palin a matizar con un «pero se van a casar». ¿Se casan porque ella se ha quedado embarazada? ¡Gran error! Si se casan porque quieren realmente vivir en pareja bajo esa institución-contrato, sin problema alguno, pero si lo hacen para eliminar la «vergüenza» de un hijo «fuera del matrimonio» y ante la presión familiar (sobre todo de la madre, que da miedo) estamos ante un retroceso que sí dejaría mal parada a la madre, que interfiere en la vida de la hija para «limpiar» la «dignidad de la familia» y salvar su trasero político conservador.

Pero estoy especulando, y mucho. Es posible que la hija sepa lo que es el sexo seguro y todo haya sido un descuido o que el sistema no funcionó (estas cosas pasan) y que la historia en general nos deba importar un pepino bien gordo. También especulo sobre el matrimonio de la pareja (ambas especulaciones las hago partiendo de las declaraciones de los republicanos y otros de la derecha), que realmente espero que sea porque ambos comprometidos quieran casarse y no hayan sufrido ni presiones familiares ni de su entorno conservador.

Sobre Palin y su circo mediático poco más puedo decir, por un lado, se habla de que cuando era gobernadora de Alaska hizo un abuso de su autoridad (lo cual podría ser o un delito o una falta muy grave como política) y se habla de que militó en un partido separatista en Alaska (incluso que mientras tuvo su primer cargo político al frente de un ayuntamiento, era militante de dicho partido). Esto último nos debe traer sin cuidado por dos grandes razones: Muchos republicanos siguen siendo pro-confederación más que federalistas (por más que en el lema de McCain se haga referencia a la unidad y el patriotismo, una confederación es una unidad y una patria lo puede ser de lo que el interlocutor se invente que sea), y que en su pasado haya tenido ciertas ideas, pues no son raros los políticos que en su juventud eran una cosa y en su vejez la antagónica (esto en España abunda, miembros de partidos comunistas reconvertidos a la derecha conservadora-liberal). Y en Perú pasa, pero sin cambios de partido (lo cual es peor, sin dudas).