Y no me refiero a que baja nuestra capacidad adquisitiva con relación a unos sueldos que no se actualizan como debieran y muestran, en todo caso, que del IPC no vive (ni puede vivir) el hombre. Que el día que incluyan el precio de la vivienda en los indicadores de variación de precios otro gallo cantará, pero que mientras tanto los sueldos suben, cuando lo hacen, por detrás de la realidad (muy por detrás). Pero me salgo del tema. Las bombonas de butano (y supongo que todo el gas en general) han experimentado un gran incremento (65 céntimos por bombona en estas tierras, esto es, más de un 5.57% sobre el precio anterior) y los sueldos bajan. Y me refiero al sueldo del repartido de bombonas, que ha bajado (literalmente). Hoy tienen reunión sindical los sufridos repartidores (imagínense cargar con una bombona de arriba a abajo, sobre todo en ciudades como esta donde aún sobran edificios sin ascensor y más de cuatro plantas).