Un informe del congreso estadounidense denuncia la impunidad de unos mercenarios demasiado violentos incluso en una situación como la iraquí. Hablamos de la gente de Blackwater, el mayor ejército privado que funciona en Iraq. Y todo lo intentan arreglar a punta de billete, pero sin querer pagar demasiado, incluso la embajada estadounidense en Bagdad declaró que si Blackwater pagara mucho, «los iraquíes intentarían que les matasen para beneficiar a la economía de sus familias». Al parecer, se han aficionado a disparar primero y no preguntar nunca, no fijarse en las víctimas, y pasar olímpicamente de la situación de la que parten, lo que interesa es la impunidad de los miembros del no demasiado selecto club de asesinos de Blackwater.