Finalizó la V Cumbre de América Latina, el Caribe y Unión Europea

Más de lo mismo. Alguna que otra conclusión o inicio de camino que podría ser interesante si se desarrollara como se dice, pero en general, estas reuniones sirven para reafirmar y mantener el statu quo de las cosas (no crean que es para cambiarlo) y para poner sobre la mesa todos los intereses empresariales de las dos regiones y cómo hacer que no compitan sino que se complementen (por decirlo de alguna forma). Y por supuesto, sirve para ver cómo todos los mandamases se reafirman en unos discursos que ya traían escritos. Así pues, concluyó la V Cumbre de América Latina, el Caribe y Unión Europea.

Contra el analfabetismo y desnutrición

Y las típicas promesas de luchar contra la pobreza, la desigualdad y la exclusión. ¿Con qué cara se puede hablar de lucha contra la exclusión teniendo en cuenta lo que pasa en países como Italia, o el resto de la Unión Europea? Por no hablar de las desigualdades o la pobreza, problemas estructurales de nuestro sistema capitalista.

Me gusta la idea de «tasas sostenibles de crecimiento», crecer a lo loco (como está haciendo Perú) no necesariamente beneficia a la economía, a la mínima de crisis en los precios de los metales veremos toda la economía irse a la porra, como otras cinco veces en nuestra historia más que reciente.

Para la creación de trabajo «digno, decente y productivo» (como quiere el documento final de la Cumbre) no basta, eso sí, con una «crecimiento sostenible» de la economía, ni siquiera es necesario el mismo para el tema del trabajo digno y decente. No tienen que ver. Más aún, una economía buena y en crecimiento no garantiza empleos buenos (los casos de China y la India me sirven perfectamente, pero el propio Perú es un ejemplo de esto), una legislación buena y un movimiento sindical fuerte (y no criminalizado) sí pueden ayudar a conseguir esas dos cuestiones. Pero no, tranquilos, ni en Perú ni en Argentina los sindicatos serán «de verdad» fuertes, entendidos como agentes reconocidos en negociaciones colectivas transformadoras.

Este tema es donde la UE se muestra, otra vez, particularmente hipócrita, en tanto que se beneficia económicamente de empresas transnacionales que vulneran de forma sistemática los derechos laborales más básicos en nuestros países, donde traen los trabajos más desagradables en sus continuas deslocalizaciones desde los países de la UE (donde, claro está, dejan de generar trabajo). Que nos traigan el modelo laboral europeo, que obliguen a sus empresas a pagar sueldos europeos en tierras americanas, o al menos que brinden los mismos derechos laborales a un trabajador peruano que a uno italiano, pienso en vacaciones, pagas anuales, seguro social, horas a la semana, y demás cuestiones ganadas en fueros europeos que esas multinacionales se saltan cuando deslocalizan sus centros a América, donde el trabajador es un semiesclavo que se pelea por las migajas de la gran empresa.

El tema fiscal: Tal vez acá es donde se ve más la doble cara de la Unión Europea, lo que se supone que hacen y lo que realmente hacen. Se habla de una política fiscal redistributiva, tal vez la mejor forma de paliar en parte la estructural desigualdad del sistema capitalista, pero vemos cómo en los países de la UE (salvo los países más nórdicos) los impuestos indirectos siguen siendo la principal financiación del sistema y lo progresivo está, poco a poco, siendo disminuido (sólo hay que ver el IRPF en España y su historia reciente, o la aplicación impositiva de Italia o Francia). Pero aún así, no es mala idea. Lástima que no será llevado a cabo.

El tema de la educación debe ser de los más importantes, sin la misma no hay posibilidad alguna de avance en una sociedad. Lo malo es que nuestros países la Educación Real, con mayúscula, sigue siendo una cosa para las élites (toda la región tal vez, honrosas excepciones siempre hay) y se piensa en la misma en un único idioma (que no responde con su propia realidad de nuestros países), y todo esto sin contar con la mala formación del profesorado y los pésimos sistemas de ingreso y carrera magisterial, y si sumamos la desnutrición infantil, tenemos un problema realmente grande entre manos que no es afrontado de forma óptima. Lo malo es que esto depende de nuestros gobiernos, por más compromisos que asuman a nivel internacional, si localmente no hacen nada, estamos igualmente fastidiados.

¿No les parece increíble que aún hoy, en pleno siglo XXI, se siga poniendo como un objetivo «universalizar también el acceso a servicios de agua potable y saneamiento»? Algo ha fallado, y nos dedicamos a ponerle parches a un sistema que se ha demostrado incapaz de satisfacer las necesidades más básicas de la población.

Sobre el medio ambiente y el resto de promesas

«La erradicación de la pobreza y la protección del medio ambiente son los temas más urgentes de atender en la región» concluyó Alan García… Alan, ese que se cisca en los mediambientalistas, que quiere dar carta blanca a las mineras, que se ha inventado un ministerio de Medio Ambiente días antes del comienzo de la Cumbre (¡de verdad!), que se ha mostrado incapaz de crear un plan a largo plazo para la disminución de la pobreza y que no aprovecha la minería para aplicar un sistema redistributivo de bienes (todo lo contrario con los bonos voluntarios), Alan García, ese que habló tan ligeramente de cortar el Amazonas para aumentar exportaciones. ¿Cómo no van a sonar todas las conclusiones a pura narrativa de ciencia ficción? El problema es que García no es el único que habla mucho en estas cumbres y luego no cumple nada, el problema es que (casi) todos son así.

Excurso: Ayuda alimentaria

El presupuesto de la UE para la asistencia alimentaria crece brutalmente. Es a nivel mundial y no tiene relación directa (como compromiso surgido de la Cumbre) con las presentes reuniones, pero encaja bien, sobre todo porque se ha desarrollado en unas reuniones programáticas entre el Banco Interamericano de Desarrollo yla Comisión Europea.

Una de las grandes diferencias entre el hacer de Estados Unidos y de la Unión Europea en este tema justamente radica en la forma en que se llevan a cabo las ayudas alimentarias, o al menos era una de las grandes diferencias antaño. La UE normalmente apuesta (una vez salvado el primer momento de necesidad) por el envío de dinero para primar el desarrollo de proyectos autosostenibles en las zonas afectadas por el hambre, mientras que EUA es más amigo de mandar comida, con lo cual se termina destruyendo la producción propia en favor de la comida regalada, por no hablar de otros problemas derivados de la cultura de «quedarse» con semillas y replantar, y el daño que hacen ciertas semillas a los campos locales que han sido entregadas como comida y no planificando su plantación.

Queda por ver cómo se desarrollará esta ayuda alimentaria, y si redundará positivamente entre los que sí pasan verdadero hambre (muchos proyectos de asistencia no llegan a su destino, sino que se quedan en capas superiores), y hasta qué punto somos capaces de no arruinarlo todo con nuestra corrupción sumada a la suya. Y todo esto al margen de la existencia del campo subvencionado y los altos aranceles…